Este 6 de diciembre la Constitución española cumple 45 años. Muchos de los que ahora tanto oyen hablar de la Carta Magna, ni siquiera la habían votado, pero existen aspectos de nuestro quehacer actual que quedan al margen de sus artículos. Una reciente encuesta de la Cadena Ser y Prisa arroja un dato más que clarificador: el 71,8% de los ciudadanos se muestra partidario de reformarla para adecuarla al siglo XXI.
No obstante, solo el 8,2% considera que ese cambio debería ser total, hacer una nueva, ya que el texto actual sigue influyendo de forma positiva en el quehacer diario del país. Esta visión también varía dependiendo de a qué partidos votan y, sobre todo, en la región en la que viven. El sondeo muestra que las valoraciones más negativas de la Constitución parten de los encuestados en Cataluña y País Vasco, pese a que ese rechazo no llega al 18%. También hay disparidad entre los votantes. El 85,4% de los que dicen votar al PP apoyan la actual Constitución, mientras que en Vox solo el 63,9%.
Por último, y no menos importante, el 40% de los consultados creen que la Constitución ha cumplido favorablemente en su tarea de regular el funcionamiento de la democracia, la organización del Estado y la protección de los derechos de los ciudadanos. También en el 67,1% están de acuerdo con las lenguas oficiales y el 56,9% con la aconfesionalidad del Estado. Los puntos que más reticencia reciben son la descentralización del país y la rigidez del texto que dificulta su propia reforma.
¿QUÉ MODIFICACIONES DE LA CONSTITUCIÓN PIDEN LOS ESPAÑOLES?
La encuesta también pregunta por los cambios que los ciudadanos creen que se deberían introducir en la Constitución, y la primera cuestión que aparece es el orden de sucesión a la corona (el 59,1% cree que se debería reformar para que el sucesor del monarca no sea determinado por su sexo (ley programática)), mientras que más de la mitad de los encuestados piden convertir al Senado en una cámara real de representación territorial.
Lo que no parece estar tan claro, ante la división de opiniones que suscita, en el reconocimiento de la plurinacionalidad de España y su avance hace un país más federal: el 46,7% estarían a favor, y el 38,1% en contra, lo que pone de manifiesto que esta reforma no alcanza el 50%. Aunque la posibilidad de centralizar por completo el Estado suscita el mayor rechazo con un 66,1% en contra y el 25,1% a favor.
Pese a las encuestas y la opinión de los ciudadanos, lo cierto es que la actual situación de la vida política, con un enfrentamiento frontal entre los dos partidos más votados, hacen impensable pensar en la posibilidad de reformar la Constitución, que exige para cualquier cambio el apoyo favorable de los dos tercios del Congreso de los Diputados. La actual configuración política de la mayoría y su diferencia pírrica con los partidos de la oposición hacen imposible que prospere cualquier reforma de la Carta Magna.
LOS ÚNICOS CAMBIOS INTRODUCIDOS EN LOS ÚLTIMOS 45 AÑOS DE CONSTITUCIÓN
En sus 45 años de existencia, la Constitución solo ha sufrido dos modificaciones, derivados de la necesidad política del momento. La primera tuvo lugar en 1992, cuando se reformó el artículo 13.2 para reconocer el derecho de sufragio pasivo a los ciudadanos comunitarios en las elecciones locales. La segunda reforma se produjo en 2011, casi diez años después de la primera, en el contexto de la grave crisis financiera europea, y se introdujo en el artículo 135 el principio de estabilidad presupuestaria.
La mayoría de los expertos en la Carta Magna consideran que hay que introducir cambios, y enumeran algunas cuestiones ineludibles como el sistema electoral, el reforzamiento de los derechos sociales y los derechos económicos, la integración de Europa en el texto constitucional (España ingresó en 1986, ocho años después de haber sido refrendada por el pueblo español), o decidir sobre el reconocimiento del Estado Federal en lugar del autonómico.
Pero también existen cuestiones que a lo largo de las últimas décadas han preocupado a los españoles y a sus representantes políticos. Pedro Sánchez ya adelantó en 2018 algunos de los aspectos a reformar por puro imperativo de actualidad como la eliminación de la inviolabilidad del Rey, la supresión del aforamiento de los diputados y senadores, la eliminación de la figura del Senado o la inclusión de los nuevos derechos sociales que se han ido aprobando.
LOS 45 AÑOS DE LA CONSTITUCIÓN Y SU APORTACIÓN A LA CONVIVENCIA Y ESTABILIDAD COMO ESTADO
El 6 de diciembre de 1978 los españoles mayores de 21 años tuvieron que responder en referéndum a una pregunta muy simple: «¿Aprueba el proyecto de Constitución». El resultado fue abrumadoramente positivo, con el 87,78% de los votos a favor de la Constitución. Y el primer cambio ya se había introducido con su aprobación, en las siguientes elecciones o consultas, la edad para poder votar se rebajaba a los 18 años.
El texto fue posible gracias al encaje de bolillos que supuso poner de acuerdo a ideologías y partidos políticos enfrentados durante los 40 años de dictadura. Fue aprobada por las Cortes Generales el 31 de octubre de 1978 y ratificada por los españoles un mes y seis días después.
La elaboración de su articulado fue posible por el esfuerzo de consenso realizado por los principales partidos de la época: la Unión de Centro Democrático (UCD), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alianza Popular (AP) y el Partido Comunista de España (PCE). Y los políticos que la redactaron fueron Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca (UCD), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Manuel Fraga (AP), Miquel Roca (Minoría Catalana) y Jordi Solé Tura (PCE).
Ahora se les reconoce como los ‘padres de la Constitución’. Su logro fue establecer en un solo texto un sistema democrático y descentralizado, reconociendo la autonomía de las regiones y nacionalidades que conforman España. En 1978 los líderes de los partidos políticos eran, Adolfo Suárez (UCD, primer presidente del Gobierno tras ser aprobada la Constitución), Felipe González (PSOE, que gobernó entre 1982 y 1996), Manuel Fraga Iribarne (fundador de AP, Alianza Popular, que posteriormente pasó a llamarse Partido Popular, PP) y Santiago Carrillo (PCE).
Cuarenta y cinco años después, el número de partidos políticos ha proliferado (Podemos, Vox y partidos nacionalistas como BNG, EH Bildu, ERC…), surgiendo nuevas formaciones que en algún momento han tenido un papel relevante en la política del país, como UPyD. En el caso de Ciudadanos está por ver si vuelve a presentarse como fuerza nacional, de momento está presente en Europa y algunos ayuntamientos.