sábado, 23 noviembre 2024

El Supremo tumba la estrategia judicial de Abascal contra Sánchez

El Tribunal Supremo ha dicho que no a Santiago Abascal en su petición de paralizar la investidura de Pedro Sánchez para presentar una querella contra el candidato a presidir el Gobierno de España. Los jueces del Alto Tribunal han desestimado las medidas cautelarísimas con las que Vox comenzaba su querella contra el líder del PSOE por cohecho.

El Supremo, no obstante, ha abierto el trámite para que la formación de Abascal especifique sus actuaciones y el juez encargado del caso, Eduardo de Porres, decida si admite o no a trámite la querella. En una providencia, la Sala de lo Penal del Supremo ha dado por recibida la querella y designa ponente para conocer de la causa, conforme al turno previamente establecido, al magistrado Eduardo de Porres.

De acuerdo con el procedimiento judicial, los abogados de Vox tienen 5 días de plazo para aportar la documentación necesaria para que conste «contra quién va dirigida la querella y el delito» por el que se interpone querella. Será entonces cuando el magistrado de Porres decida si admite a trámite la querella.

Los jueces del Supremo han considerado que «no existen elementos que justifiquen la procedencia de suspensión del acto parlamentario dirigido a la investidura del presidente del Gobierno».

ABASCAL SOLO PUEDE REALIZAR OPOSICIÓN A SÁNCHEZ EN LA CALLE Y EN LOS JUZGADOS

Abascal seguirá con su estrategia de llevar a la Justicia todas las políticas de Sánchez
Abascal seguirá con su estrategia de llevar a la Justicia todas las políticas de Sánchez

Abascal no quiere perder el camino emprendido en 2019, pero las urnas no están respondiendo a su política. Los resultados del 23J dejaron su fuerza parlamentaria reducida a 33 diputados y ese número frenará durante los próximos cuatro años su actuación en el Congreso de los Diputados. Ya no podrá presentar más mociones de confianza, como las dos que presentó la pasada legislatura. La razón es que el reglamento del Congreso solo permite esta actuación a los grupos parlamentarios que tengan más de 50 diputados. En las elecciones de 2019 obtuvo 52, pero ahora los 33 no son suficientes.

Por tanto, Abascal solo podrá presentar oposición en los juzgados y en la calle. En el Congreso y Senado tendrá el tiempo limitado para expresarse. El camino de los juzgados, de todas las instancias, ya lo conoce porque es un recurso permanente en la formación de Abascal. Solo ante el Tribunal Constitucional presentó 33 recursos en la pasada legislatura. En su inmensa mayoría fueron contra todas las leyes del Gobierno de coalición: salario mínimo, Presupuestos Generales del Estado, ley de Memoria Histórica, contra el juramento de los diputados separatistas cuando se constituyeron las Cortes, la ‘Ley Celáa’, todas las leyes para la igualdad de género en diferentes CCAA, como por ejemplo Canarias, la forma en que se luchó contra la pandemia…

Pero los resultados tampoco fueron muy halagüeños. La celebración de sus últimas victorias judiciales, como la anulación del primer estado de alarma en el Constitucional, ocultan la realidad de una ruidosa estrategia desbaratada en los tribunales, que le han llevado a condenas, incluso, de pagar costas judiciales. Sus abogados, incluido el propio Javier Ortega Smith, siguen un diseñado y pensado plan estratégico de querellas, recursos o personaciones, siempre relativos a casos muy mediáticos.

ABASCAL TAMBIÉN ESTÁ PERDIENDO LA CALLE ANTE EL MENSAJE MODERADO Y PACÍFICO DE FEIJÓO

Abascal asistió a la manifestación convocada por el PP en la Puerta del Sol
Abascal asistió a la manifestación convocada por el PP en la Puerta del Sol

La otra oposición que siempre le había funcionado eran las protestas en la calle. Desde la famosa foto de Colón en la que PP y Ciudadanos aceptaron su estrategia han pasado muchas cosas. Con Ciudadanos desaparecido en el Congreso de los Diputados y los acuerdos de Sánchez con los independentistas catalanes para lograr su investidura, Feijóo ha ido ganando las calles a Abascal.

Feijóo y Abascal muestran dos formas muy distintas de oposición en las calles. Las de los populares, siempre más numerosas y pacíficas. Como botón de muestra la celebrada el domingo, 13 de noviembre, en 52 provincias con cerca de dos millones de manifestantes y sin ningún incidente; y las de Abascal focalizadas en las sedes del PSOE, con la aparición siempre de elementos violentos y provocadores.

Hasta el propio Abascal se rindió el 13 de noviembre a la evidencia, asistiendo al acto central convocado por el PP en la Puerta del Sol de Madrid. En ese momento justificó su presencia porque ante la amnistía no vale partidos separados, sino la unidad de todos los españoles.

El debate de investidura fallido de Feijóo ya dejó claro quién será el jefe de la oposición, un cargo por el que en la anterior legislatura hasta llegó a echar un pulso al desaparecido Pablo Casado. En la bancada de los populares esperan ansiosos el camino que les va a marcar su líder cuando intervenga para replicar al candidato Pedro Sánchez.