El desmarque final de Coalición Canaria dejará en 171 diputados al bloque del centro-derecha ‘españolista’. Y es que tan solo Partido Popular, Vox y UPN se plantarán en esta legislatura que arranca contra Pedro Sánchez, concesor de la amnistía a los líderes del procés a cambio de su investidura.
En Génova 13 existían dudas sobre la postura de los regionalistas navarros, que por cuestiones estratégicas dinamitaron a nivel autonómico y municipal la coalición Navarra Suma y, en las últimas elecciones generales, rompieron un pacto con el PP que databa de 1982.
La integración de los diputados tránsfugas Sergio Sayas y Carlos García Adanero en las filas del PP agrió las relaciones con UPN, que ha cerrado filas con Alberto Núñez Feijóo después de meses de desencuentros entre el líder de la oposición estatal y el navarro, Javier Esparza.
Este último creía que UPN debía marcar distancias con el PP, pero su incapacidad para que los regionalistas retomen el poder en Navarra desde 2015, y el cuarto puesto de su partido en las últimas generales, en las que fue rebasado por el PSOE, EH Bildu y los ‘populares’, han dejado muy tocado a Esparza, que ya anunció que no va a intentar presentarse a las elecciones de 2027.
UPN quedó en cuarto puesto en Navarra en las últimas elecciones generales
Su debilidad ha sido visible por los dardos públicos que le ha lanzado el expresidente Miguel Sanz, que le ha afeado sus errores estratégicos. Cabe recordar que el eterno delfín de Sanz, Alberto Catalán, es el único diputado de UPN en el Congreso y muy contrario a negociaciones con el PSOE como las de la última Reforma laboral.
UPN, por tanto, ha antepuesto su ‘no’ a la amnistía respecto a la agenda navarra que podrían haber nutrido en caso de haber oído los cantos de sirena de Santos Cerdán. Los regionalistas, de hecho, invitaron a sus militantes a participar el pasado domingo en la Plaza del Castillo de Pamplona, «dada la situación de excepcional gravedad y la indignación ciudadana».
MIGUEL SANZ ALZÓ LA VOZ
Miguel Sanz es la voz más autorizada de UPN porque ejerció como su líder durante doce años. El que fuera presidente de Navarra entre 1996 y 2011 ha aparcado su feeling con Esparza a raíz de las elecciones generales en las que el partido regionalista fue superado por PSOE, EH Bildu y PP.
El expresidente lamenta que Javier Esparza diga que no hay malestar dentro de UPN: «No se corresponde con lo que a mí me llega en forma de mensajes. Y no de uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco. Me llega que hay malestar dentro de UPN».
Sanz cree que en las generales «ha habido un error de estrategia al no haber aceptado la contrapropuesta que el PP nos hizo para ir juntos. La propuesta de UPN fue que los dos primeros de la lista al Congreso fueran de UPN y el tercero, del PP; para el Senado, dos del PP y uno de UPN. La contrapropuesta del PP fue que el número 1 al Congreso fuera de UPN, el 2 del PP y el 3 de UPN. Y en el Senado, 2 de UPN y uno designado por el PP. El PP nos hizo una contrapropuesta que ya fue efectiva en 2011 y no aceptarla fue un error».
Cree el veterano expresidente que este hecho les ha llevado «a perder el liderazgo que hemos tenido en los últimos años, también en las elecciones generales, y perder incluso el liderazgo en el Senado, donde se ganan los tres senadores siendo exclusivamente el partido más votado. Afortunadamente, en el Senado obtuvimos escaño porque se vota a las personas y María Caballero tiene su carisma y su aceptación en la ciudadanía. Pero para el Congreso fuimos los cuartos, por detrás del PSOE, Bildu y el PP».
Esparza, dolido por el golpe, cree que «las declaraciones públicas de Miguel Sanz son injustas y hacen daño a UPN» y asegura que las considera un ataque personal.
ESTRATEGIA
Sanz cree que Esparza debiera abrirse a pactar con una coalición afín al PNV, Geroa Bai, que ha sido demonizada en el entorno regionalista desde que se fundó. Para que UPN recupere el poder, cree Sanz, «hay que hacer cosas diferentes. Hay que abrirse a la sociedad, hay que ser mucho más contundentes en algunas críticas políticas, hay que rearmar al partido estratégica e ideológicamente, sin perder los principios».
Esparza le contestó a través de una entrevista concedida al mismo medio desde el que recibió los dardos del expresidente, Diario de Navarra: «Yo ya he acordado con Geroa Bai en la pasada legislatura. Ya lo estamos haciendo. Hablamos con Geroa Bai, como con el PSN o con el PP».
Sanz, que fue presidente porque el PSOE navarro implosionó a cuenta de la corrupción, amén de que la lucha armada de ETA conllevó que los socialistas dejasen de explorar pactos progresistas, parece culpar a Esparza del problema crónico de la derecha navarra: su incapacidad para pasar de 20 parlamentarios de 50 posibles.
UPN no está siendo capaz de que el centro-derecha crezca en Navarra
Pese a ello, el expresidente dice que «en política hay que aplicar la fórmula del conde de Romanones: sumar lo más, restar lo menos, multiplicar prudentemente y dividir al adversario. Y nosotros, ni sumamos lo más, ni restamos lo menos, ni mucho menos dividimos al adversario. Al revés, unimos cada vez más al Partido Socialista con el nacionalismo vasco».
Y afirma que lo último que le gustaría «es que a UPN le pase como a Unidad Alavesa o el Partido Aragonesista, que han desaparecido o lo han ido haciendo poco a poco».