Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, dio la orden de cargar y lanzar gases lacrimógenos contra los manifestantes concentrados en Ferraz como protesta contra la amnistía pactada por el PSOE con ERC y Junts.
La polémica actuación de los antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial se produjo en las inmediaciones de la sede del PSOE, situada en la madrileña calle Ferraz. Los agentes de la UIP tuvieron que obedecer a Martín, pese a encontrarse ancianos y niños entre los convocados, así como Santiago Abascal, líder de Vox.
La carga policial se produjo tras el intento de romper el cordón policial, así como el lanzamiento de algunos objetos contra los agentes, según relatan fuentes policiales. Fue entonces cuando se recibió la orden de cargar, aunque no hubo «graves disturbios, como quema de contenedores u otros elementos del inmobiliario urbano». Los agentes cargaron como si se tratara de peligrosos miembros de los CDR en Cataluña o de la extrema izquierda, pero también es su obligación para dispersar a los violentos concentrados.
DE NO CARGAR EN CATALUÑA A LANZAR GASES EN MADRID
De hecho, «los agentes de esta unidad policial se encuentran entre la espada y la pared y son utilizados por la delegación del Gobierno de Madrid», según han asegurado fuentes policiales a este medio.
Se avisó antes de cargar, como se ha hecho en otras ocasiones
Los propios manifestantes han mostrado su solidaridad con los agentes. «Cumplen órdenes. El culpable es (el Ministerio de) Interior», indican varias fuentes presentes en las protestas convocadas por redes sociales y avaladas por distintos líderes de la formación conservadora. La decisión fue prácticamente «inmediata», según indican las fuentes policiales. Un extremo que corroboran desde Jupol, el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, quien ha mostrado su sorpresa por «la celeridad en la toma de decisiones por parte de los mandos en este caso».
En este sentido, apuntan que contrastan con lo ocurrido en 2019 en Barcelona, donde los agentes tenían la orden de aguantar el lanzamiento de piedras, botes y objetos metálicos ante una muchedumbre que buscaba arrasar la Comisaría de Policía Nacional de Via Laietana hace seis años. De haber respondido a los primeros ataques con la misma contundencia, «se podía haber evitado la jubilación de tres policías y las lesiones a cientos de agentes».
En aquellos días, la Policía Nacional tenía orden de no cargar y aguantaron hasta seis días sin hacerlo, como si fueran muñecos de feria, soportaron el lanzamiento de todo tipo de objetos. Las consecuencias de aquellas órdenes fueron cientos de policías heridos en extremidades, mientras tres de ellos tuvieron que dejar el Cuerpo antes de tiempo, uno de ellos al arrojarle un adoquín desde una azotea que le hundió el casco.
EL CESE DE FRANCISCO MARTÍN
Por este motivo, Jupol ha pedido el «cese o dimisión inmediata» del delegado del Gobierno en Madrid por las órdenes emitidas durante la noche de este lunes. Asimismo, el mismo sindicato ha lamentado los ataques a los miembros de la UIP en redes sociales, pese a que su deber es obedecer las órdenes.
En este sentido, las críticas policiales se centran también en Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior, a quien acusan de «esconderse». Jupol ha pedido al titular del Ministerio que «dé la cara y depure las responsabilidades existentes tanto en la cúpula del Gobierno como en la de Interior, así como, la defensa de los agentes de la Policía Nacional que intervinieron
bajo órdenes políticas».
«Fueron órdenes directas», han asegurado las fuentes policiales consultadas, pero desde hacía décadas que la Policía Nacional no ha hecho uso en Madrid de los gases lacrimógenos. En Cataluña hay que remontarse también varios años atrás para ver este tipo de actuación. Ni siquiera con la batalla campal de la plaza barcelonesa de Urquinaona se lanzaron este tipo de material antidisturbio y quienes se encontraban delante no eran precisamente niños y ancianos.
LA ACTUACIÓN PROPORCIONAL DE LOS ANTIDISTURBIOS
Eso sí, Jupol defiende que fue una «actuación proporcional» debido a los intentos de romper el cordón policial y los objetos, como barras de hierro, que tenían algunos manifestantes. Todo el material antidisturbios utilizado estaba «autorizado», señala. Eso sí, se ha hecho un llamamiento a la calma para evitar que se repitan situaciones similares, pero en redes sociales son cada vez más los mensajes que apoyan las concentraciones y manifestaciones en las inmediaciones de las sedes del PSOE.
Asimismo, cabe recordar que la Policía Nacional advierte a los manifestantes hasta en tres ocasiones antes de cargar contra la multitud. Esos avisos, según las fuentes consultadas, tuvieron lugar este lunes en Ferraz.
Los agentes de Policía, no obstante, guardan entereza en redes pese a lamentar las críticas vertidas. En concreto, los mensajes apuntan directamente contra los miembros de la UIP, a quienes piden los números identificativos para interponer querellas.
«La línea no se rebasa», es la principal premisa de los miembros de la UIP, si bien la situación estaba «bajo control». «Se avisó antes de cargar, como se ha hecho en otras ocasiones», sostienen las mismas fuentes. En la capital, hay que remontarse a la época de Bases Autónomas para ver una intervención policial similar, pero esta vez quienes estaban delante eran niños y autónomos. Entre los objetos lanzados por los manifestantes se encontraban botellas de cristal y huevos con la intención de romper el cordón policial. Todo un motivo suficiente para iniciar una carga y disolver la protesta.
EL USO DE GASES LACRIMÓGENOS, SOLO EN SITUACIONES EXCEPCIONALES
La de Madrid es la única que ha requerido el uso de material antidisturbios de forma contundente. Ni en Barcelona, ni en las otras ciudades donde se ha manifestado de forma pacífica contra la amnistía y los pactos con ERC y el resto de formaciones independentistas, ha provocado inquietud alguna.
En cuestión está si era adecuado el uso de gases lacrimógenos, utilizados sólo en situación muy excepcionales, como concentraciones donde la violencia contra los agentes es el eje central de la protesta. Es decir, únicamente cuando la línea está a punto de romperse y el asedio contra el cordón policial es incontrolable. Ni mucho menos, a tenor de las imágenes difundidas por redes sociales, era la situación descrita, pero su uso estuvo permitido en Madrid contra niños y ancianos.