La escuela vitoriana de Ramón Rabanera vuelve a hegemonizar al PP vasco, que el próximo 4 de noviembre elegirá a Javier de Andrés como presidente en sustitución de Carlos Iturgaiz (que el próximo año regresará a Bruselas como eurodiputado como premio de consolación por hacerse a un lado sin ruido).
El PP alavés de los Alfonso Alonso, Javier Maroto o Iñaki Oyarzabal, más centristas, fueristas y poderosos que sus ‘hermanos’ gipuzkoano y vizcaíno, controlará el partido a nivel autonómico bajo el liderazgo de De Andrés, ex diputado general en Álava, ex delegado del Gobierno en el País Vasco y con un perfil público más bajo que sus compañeros del ‘clan de Celedón’.
VOLATANZO DISCURSIVO EN EL PP VASCO
El PP de Euskadi acaba de estrenar argumentario: el españolismo de Iturgaiz se cambia por el fuerismo o vasquismo de De Andrés, que priorizará sus dardos al PNV en vez de confrontar con Euskal Herria Bildu. El nuevo barón ‘popular’ quiere que el PP vasco sea visto como la única fuerza conservadora y antisanchista de Euskadi, con permiso del minúsculo Vox.
El PP ha emprendido un volantazo ideológico en las últimas semanas
La transversalidad ideológica del PNV podría beneficiar a De Andrés, que quiere batallar contra los jeltzales para robarles votos en Euskadi y tensionar su acción en Madrid.
GERNIKAKO ARBOLA Y FEIJÓO
Las elecciones europeas, gallegas y vascas marcarán 2024 si no hay repetición electoral. Bien lo sabe Alberto Núñez Feijóo, que quiere adaptar el galleguismo que tantos triunfos le dio al PP de Euskadi con un discurso más fuerista que centralista.
Feijóo protagonizó hace unos días un acto bajo el ‘Árbol de Gernika’ y afirmó que la autonomía vasca «posee unas fuertes raíces en el pasado, cuenta con ramas diferentes, se alza hacia el futuro y, además, es un árbol protegido por los vascos y todos los demócratas españoles que consideramos que democracia y autonomía son las dos caras de la libertad».
«La autonomía es un proyecto que ha demostrado sus capacidades en contacto con la realidad y con los problemas reales, y funciona en la teoría y en la práctica», añadió. El presidente del PP a nivel estatal también afirmó que «la dignidad con la que el pueblo vasco sufrió el terrorismo durante décadas no puede dar paso ahora a la ignominia de que uno de los que pergeñó, ordenó y celebró cientos de atentados sea quien decida el futuro de España o gobierne la Lehendakaritza».
DE ANDRÉS ESTRENA DICURSO
De Andrés, por su parte, afirmó la pasada semana que Euskadi tiene muchos problemas políticos «y uno de ellos es el que tiene el PNV y lo tenemos toda la sociedad y es que muchos jóvenes de familias burguesas o acomodadas no han encontrado en el PNV el ejemplo porque se ha encargado de trasmitir una imagen de estigmatización y demonización de todo lo que sea centro-derecha».
Javier de Andrés cree que el centro-derecha está estigmatizado en España
«Estamos viendo un repunte dentro de los que son las nuevas generaciones de gente con un perfil muy tradicional vasco con un arraigo muy fuerte en el territorio que se animan a participar en la política vasca con el PP. Eso es un optimismo. Creo que si hacemos un discurso desde una perspectiva de didáctica ideológica para explicar lo que está pasando en España y particularmente en el País Vasco donde es mucho más acentuado», añadió.
El próximo presidente del PP vasco dice que «vemos en España que hay una radicalización de la izquierda promovida y liderada por Podemos a la que se ha sumado el PSOE y que han conseguido, éxito indudable de Podemos, sumar a ERC, Bildu, los de Pujol y el PNV, que han convertido en satélites suyos».
EL PP QUIERE RECUPERAR EL CENTRO QUE ABANDONÓ EN 2020
De Andrés, Alonso, Maroto y Oyarzabal pertenecen a la rama liberal del PP vasco: menos frentistas, menos patriotas y menos identificados con María San Gil. Ellos cuatro ganaron posiciones dentro del partido cuando Mariano Rajoy tumbó a los ‘herederos’ de Goyo Ordóñez.
Llegó al frente del PP vasco Antonio Basagoiti, que asesorado por Iván Redondo contribuyó a echar en 2009 al PNV de Ajuria Enea con la inestimable ayuda de una Ley de Partidos que dejaba fuera de las urnas a la izquierda abertzale.
El cuarteto unió fuerzas y vio con simpatía el relevo continuista de un hastiado Basagoiti por Arantza Quiroga, que no tuvo más remedio que dimitir en 2015 cuando el diálogo abierto entre el PP vasco y EH Bildu comenzó a molestar a Génova 13, que promovió como barón a Alfonso Alonso.
En 2020 la caída de Alonso por negarse a que Pablo Casado le hiciera la lista de las autonómicas propició que el PP vasco se orillase a la derecha de la mano de un dirigente que ya parecía amortizado, Carlos Iturgaiz, que cosechó el peor resultado histórico del partido y ha sido incapaz de coser a la formación en Euskadi.