lunes, 25 noviembre 2024

El acuerdo entre Carles Puigdemont y Pedro Sánchez: «Cada vez más cerca»

Carles Puigdemont no cierra puertas y al PSOE se le pasa el tiempo, pero el acuerdo entre ambos está cada vez más cerca. El silencio impuesto en el PSOE por Pedro Sánchez obedece a la máxima discreción, única y exclusivamente. El enfriamiento y la falta de información por parte del Ejecutivo en funciones responde más a una «estrategia política», según apuntan fuentes socialistas a MONCLOA. La directriz del presidente del Gobierno en funciones es remar a toda costa hacia La Moncloa, sin distracciones ni entrar en rifirrafes innecesarios.

«No desviarse del rumbo ni tampoco del objetivo», han señalado. En este sentido, ven más cerca que al inicio alcanzar un acuerdo con Carles Puigdemont, quien espera en Waterloo el papel definitivo para sellarlo y presentarlo a las bases. Eso sí, el expresidente de la Generalitat no lo hará de forma inmediata sino que esperará «hasta el último minuto», según señalaron fuentes conocedoras de la situación a este medio.

Ni en el PSOE ni Junts muestran preocupación alguna por una repetición electoral, pero ambos son conscientes de que es un buen momento para sentarse, hablar, negociar y pactar. Los siete diputados del ala derecha del independentismo reconvertida en una vía política transversal son decisivos, pero tampoco corre ahora la prisa inicial en el PSOE toda vez que la negociación está en marcha.

LOS RIESGOS DE JUNTS Y PSOE EN UNAS NUEVAS URNAS

Las mismas fuentes admiten que una nueva convocatoria electoral pondría en riesgo toda la estrategia de Puigdemont para tratar de cerrar un acuerdo de máximos. «Ha comenzado como toda negociación. Se pide lo máximo para después reducir las pretensiones», destacan. No obstante, en Junts no descartan la unilateralidad, como se vio en 2017.

Ha comenzado como toda negociación. Se pide lo máximo para después reducir las pretensiones

El único preocupado en esta nueva tormenta política por la amnistía es ERC, que centra el foco en la constitucionalidad de la medida, en vez de si está suficientemente argumentada -el para qué se hace y el por qué es lo más importante, según señalaron fuentes jurídicas a este medio.

Gabriel Rufián y otros republicanos dirigidos por Oriol Junqueras insisten en comparar los hechos de septiembre de 2017 y el referéndum del 1-O con la situación de Irlanda del Norte, con la actividad terrorista del IRA, y con la consulta en Escocia. Asimismo, Pere Aragonès trata de minimizar la victoria de Junts en caso de aprobarse la amnistía al asegurar que es un «hecho» y el primer paso para realizar una consulta a la ciudadanía de Cataluña y no en el conjunto de España. Esta vía la aplaude parte del PSOE, como Óscar Puente, quien propuso una votación no vinculante sobre la independencia de Cataluña.

ERC, LA PERJUDICADA EN TODO ESCENARIO

No obstante, los republicanos no están en condiciones de alcanzar un acuerdo de máximos. Sin apoyo a los Presupuestos, con una guerra interna con primarias incluidas este próximo fin de semana y una división en el bloque independentista desde hace años muestran una situación muy compleja para remontar en las encuestas. La mayoría de ellas da la victoria a Junts frente a ERC, a excepción del CIS de José Félix Tezanos.

Puigdemont presionará hasta el último minuto a Pedro Sánchez
Puigdemont presionará hasta el último minuto a Pedro Sánchez

«Un referéndum dejaría muy tocado al PSC», han sostenido. Y es que, sería volver a lo mismo que en 2017, pero esta vez de la mano del Estado. Sin acuerdo, los independentistas amnistiados podrían volver a realizar lo mismo y romperían el discurso de perfil bajo de Salvador Illa.

El líder del PSC se opone frontalmente a esta posibilidad, toda vez que volvería la polarización a las calles, donde el PPC, la tercera formación más votada el pasado 23 de julio, podría llevarse el voto más moderado de los socialistas, mientras que un 20% de los votantes podría regresar a ERC. Este escenario pone en apuros a quienes alcanzaron acuerdos para gobernar las Diputaciones de Lleida y Tarragona.

En las negociaciones de máximos o al menos cuando una de las posturas no se mueve suele imperar la agitación. Todo el mundo habla con todo el mundo y se realizan movimientos de última hora para tratar de cambiar de pareceres. El PSOE ha sopesado incluso enviar a José Luis Rodríguez Zapatero, como publicó The Objetive, para hablar con Carles Puigdemont, aunque las fuentes apuntan que el encuentro ya podría haberse realizado con el secretismo habitual. Ninguno lo ha negado, pero nadie lo confirma. Asimismo, algunas fuentes señalan que la agenda del expresidente del Gobierno es libre, aunque «haga política y mítines en favor de Pedro Sánchez».

JUNTS QUIERE YA CERTEZAS Y HUYE DE LOS CANTOS DE SIRENA

Zapatero podría venderse después como artífice de la ‘paz’ en Cataluña, pero en Junts ya no creen en los cantos de sirena y quieren certezas, eso sí certificadas y plasmadas negro sobre blanco, un papel con el que poder exigir después el cumplimiento de todos y cada uno de los puntos. Un texto que tendría que ser refrendado después por las bases.

No obstante, las bases andan muy revueltas estos días y algunos críticos piden directamente la dimisión de Puigdemont por la bajísima participación en la última votación del Consell per la República, con más de 103.000 inscritos. En estas urnas se dirimía el futuro de la Asamblea de Representantes, creada y ahora eliminada por el propio Puigdemont.

En total 121 personalidades del mundo independentista dejaban sus funciones sin el más mínimo síntoma de transparencia ante quienes han pagado las respectivas cuotas. No se han dado a conocer las cuentas antes de su extinción, como tampoco se realizará la votación sobre el pacto con el Ejecutivo en funciones antes de dar luz verde al acuerdo.

PUIGDEMONT SE DESLIGA DEL CONTROL INTERNO

Esta era una de las primeras exigencias y que han sido borradas entre las condiciones. Se llega ahora a hablar si realmente las bases de Junts tendrán su particular referéndum a la hora de decantarse por un pacto con el PSOE, toda vez que la consulta sobre la independencia no aparecerá en el texto del acuerdo.

En la votación de este jueves han acudido menos de 6.000 inscritos, de los que el 75% se apuntó a la nueva hoja de ruta de Puigdemont, quien no tendrá ya control interno alguno a la hora de hacer y deshacer posturas y cambios. No obstante, llama la atención el 20% en contra y otro 4% que se ha mostrado con el voto en blanco. Y es que, en esta casa tienen claro aún que camino escoger toda vez que tienen el rumbo de la política española en sus manos.