Vox ha comenzado a ensañar los dientes. En Baleares se le ha acabado la paciencia después del tiempo de tregua tras pactar los acuerdos de Gobierno y mostrar su apoyo a la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Santiago Abascal había dado un paso a un lado y dejado el protagonismo a Feijóo con la esperanza de que éste obrara el milagro y llegara a gobernar. Pero no fue posible y en el camino, a fuerza de manifestaciones del PP contra la amnistía, la única voz que se escucha en las calles, otrora de las que era dueño Vox, es la de los populares.
Habían comenzado algunos desencuentros en los gobiernos de coalición, como en Extremadura, y le sorprendía el PP en Cantabria donde no necesitó su apoyo y, sin embargo, ya han apoyado dos iniciativas suyas. La derogación autonómica de la Ley de la Memoria Histórica Cántabra, la primera; y dar becas a los alumnos de la educación privada, la segunda. En el resto, sigue con su cruzada ultraderechista contra la violencia de género, el aborto, la amnistía, las lenguas cooficiales y gran parte de las iniciativas sociales del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.
Pero le ha tocado a Baleares, donde no cogobierna, pero donde el PP necesita de sus votos para sacar sus leyes. La presidenta balear, Marga Prohens, justo cuando se cumplen sus 100 primeros días en el cargo, ha visto saltar por los aires la estabilidad con la decisión de Vox de votar en contra del techo del gasto de la comunidad, paso previo a la aprobación de los Presupuestos regionales.
VOX DA SU PRIMER TOQUE DE ATENCIÓN EN BALEARES
La chispa que ha hecho saltar la paciencia de Santiago Abascal ha sido la decisión de los populares de ralentizar el acuerdo sobre la implantación de la libre elección de la lengua en la enseñanza a partir del próximo curso. En el punto número 54 del acuerdo conjunto para el Gobierno de Baleares se especifica que “En el ámbito educativo, los padres podrán elegir libremente el centro escolar para sus hijos, así como la primera lengua de escolarización. Nos comprometemos a extender este derecho en todas las etapas educativas antes de acabar la legislatura, sin excluir ninguna de las lenguas cooficiales”.
El PP le había pedido ralentizar la aplicación de este proceso, pensando que había cuatro años por delante, pero los de Vox han perdido la paciencia presentando una Proposición No de Ley (PNL) con carácter de urgencia para agilizar su aplicación. En su petición urgente, Vox pedía que la elección entre catalán o castellano comenzara el curso que viene y se permitiera esta libre elección hasta los 12 años. Pero hubo más. Vinculaba la aprobación del techo de gasto de la comunidad balear a la aprobación de su propuesta.
En Vox han empezado a darse cuenta de que están perdiendo votos frente al PP en toda España
Ante estas prisas, los parlamentarios baleares del PP votaron en contra de la PNL, y los diputados de Vox decidieron dar su primer aviso serio, votando acto seguido en contra del techo de gasto propuesto por la presidenta Marga Prohens. Se trata de una maniobra que más parece obedecer a que en Vox han empezado a darse cuenta de que están perdiendo votos frente al PP en toda España. Se lo están diciendo a cuentagotas las encuestas que están saliendo. La última, la del Barómetro del CIS por mucho que los de Abascal no le den credibilidad, en sólo un mes, entre septiembre y octubre ha perdido más de un punto en la intención de voto, al captar el 10,1%, quedándose incluso por detrás de Sumar que por primera vez en meses le supera con un 12,7% de la intención de voto.
El último barómetro del CIS, por mucho que no le den credibilidad, muestra que Vox ha perdido un 1% en intención de voto en un mes
El ‘toque de atención’ al Gobierno balear, todavía podría tener remedio. Santiago Abascal ha enviado a su secretario general, Ignacio Garriga, para que reconduzca la situación sobre la propuesta rechazada por el PP en el Parlamento balear. También la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, ha asegurado que su formación mantiene «la mano tendida al PP». Millán también ha asegurado que «lo lógico entre los dos partidos que sostienen un Gobierno es sacar adelante tanto la cuestión presupuestaria como la cuestión lingüística porque es nuestra obligación; es nuestra responsabilidad cumplir con el mandato de las pasadas elecciones». De momento han quedado en verse este mismo jueves.
Ante estas últimas declaraciones, todo parece indicar que Vox ha empezado a dar un toque de atención al PP, un aviso de lo que podría pasar en el resto de las comunidades autónomas donde cogobiernan, y de paso empezar a recuperar los votos que está perdiendo.
VOX ESTÁ PERDIENDO VOTOS Y LA VOZ EN LA CALLE
De los 52 diputados que logró en las elecciones generales de 2019, ha pasado a 33 diputados en 2023 y las encuestas le sitúan ahora cerca de los 25 diputados, una pérdida que pondría en evidencia de que en caso de nuevas elecciones generales el 14 de enero tendría cada vez menos fuerza no solo para apoyar al PP si le necesita para la investidura, sino que además tendría menos votos para exigir sus contrapartidas, porque en 2024 sí que las pediría.
La cuestión es que va siguiendo el camino que emprendió Ciudadanos hace dos legislaturas. Las alianzas con el PP siempre fagocitan al más débil. Y Vox está cada vez con menos opciones para exigir unas políticas con las que Núñez Feijóo no quiere que se le identifiquen, ya que su opción ahora es una moderación ubicada en el centro derecha del espectro político.
Por si fuera poco, la formación que presidente Santiago Abascal se encuentra inmersa en una crisis interna, con el foco del Tribunal de Cuentas puesto en sus finanzas y, más en concreto, en los fondos derivados desde el partido a su fundación (7 millones de euros). De momento, como explicamos en Moncloa.com, el arquitecto de las finanzas del partido, Juan José Aizcorbe, ha presentando su dimisión. También está ganando las propuestas ideológicas del ala más radical de la formación, Jorge Buxadé.
Y para remate, el PP le está ganando la voz en las calles contra la amnistía, algo de las que era dueño hasta antes del 23J. A sus protestas ahora, porque sigue convocando manifestaciones, a las que asisten cada vez menos personas, aunque sus gritos se sigan escuchando como ocurrió recientemente en el desfile militar del 12-O contra Pedro Sánchez con un grupúsculo de manifestantes a los que se les escuchó gritar ¡Que te vote Chapote! o ¡Puigdemont dimisión!