El joven cordobés Álvaro Prieto, desaparecido el 12 de octubre y cuyo cadáver fue localizado este pasado lunes de manera fortuita al moverse un tren parado en la zona de talleres de la estación de Santa Justa desde el pasado mes de agosto, pudo morir electrocutado al tocar la catenaria que suministra la corriente eléctrica a los vagones.
Así lo ha apuntado el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, en una entrevista en Canal Sur Radio en la que ha reconocido igualmente que el cuerpo pudo localizarse al moverse el tren para dejar espacio en los talleres a otro convoy para una revisión técnica.
De no haberse movido el tren y con él el cuerpo de Álvaro Prieto, que había quedado encajonado entre los dos vagones tras caer desde el techo al recibir una fortísima descarga eléctrica, «era absolutamente imposible» ver el cadáver desde el suelo. Los talleres de Santa Justa habían sido revisados mediante drones, que tampoco tomaron imágenes que desvelaran que Álvaro estaba allí.
Pedro Fernández se ha mostrado convencido de que los perros de la Policía Nacional sí habría encontrado el cadáver en la batida que precisamente estaba prevista este pasado lunes en la zona donde fue localizado de manera casual Álvaro. De hecho, fue un cámara de televisión el que grabó el movimiento del tren y descubrió que había un cadáver, dando aviso a Renfe y a la Policía.
En cuanto a qué ocurrió dentro de la estación sevillana una vez que el joven fallecido fue descubierto sin billete dentro del tren que lo llevaría a Córdoba capital, el delegado del Gobierno ha asegurado que «no quiso aceptar la ayuda» que se le ofreció para que pudiera cargar el móvil, que se había quedado sin batería. «Se le ofrece la oportunidad pero no accede. No sabemos la razón ni el motivo», ha apostillado.