jueves, 12 diciembre 2024

Investigador avanza que su vacuna podría estar lista en octubre

El investigador Adrian Hill, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), ha avanzado que la vacuna contra el COVID-19 que está desarrollando el Institute Jenner del centro británico podría estar lista en octubre, en base a los avances que se están observando en los ensayos clínicos.

«Si todo va bien, tendremos los resultados de los ensayos clínicos en agosto/septiembre. Teniendo en cuenta que estamos fabricando en paralelo, estaremos listos para entregar a partir de octubre, si todo va bien», ha comentado durante su participación en el ciclo de ‘webinar’ sobre el COVID-19 de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Hill también ha adelantado algunos datos sobre la vacuna que están desarrollando. Se trata de una vacuna basada en virus vivos (en este caso, el adenovirus) con una capacidad muy elevada de replicación, lo que facilita que su producción se haga a gran escala, consiguiendo un gran número de dosis en menor tiempo y un coste más bajo.

«Esta vacuna ha demostrado muy buenos resultados en los ensayos con chimpancés y ya ha pasado a la siguiente fase de ensayos en humanos. Una de sus ventajas al inicio fue demostrar en ensayos anteriores que inoculaciones similares, incluida una el año pasado contra un coronavirus anterior, eran inofensivas para los humanos», ha señalado el experto.

No se sabe todavía por cuánto tiempo inmunizaría la vacuna que se está desarrollando en la Universidad de Oxford; pero, por el tipo de vacuna, todo parece indicar que sería anual, es decir, que tendría una estacionalidad como la de la gripe.

Aunque vaya en primera posición en la carrera mundial, esta no es la única vacuna que se está desarrollando. Otros equipos de investigación en distintas partes del mundo también han comenzado con ensayos clínicos. En el encuentro organizado por la SER, los virólogos españoles Luis Enjuanes y Mariano Esteban también han dado cuenta de dos de las iniciativas que hay actualmente en España para lograr una vacuna contra el SARS-CoV-2.

«Nuestra vacuna es una variante altamente atenuada de la que se usó contra la viruela. Utilizamos un poxvirus que expresa la proteína S del SARS-2, responsable de la entrada del patógeno en las células humanas. Ya hemos empezado los ensayos en animales, por lo que, si todo va bien, a final de año podríamos comenzar a probarla en humanos», ha comentado Esteban sobre la vacuna que investiga su equipo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Con esta misma tecnología, su grupo ha conseguido fabricar vacunas para el ébola, el chikungunya y el zika.

La vacuna desarrollada por Enjuanes está en fases más iniciales, puesto que es un modelo diferente. En este caso no está basada en virus vivos ya conocidos y utilizados en la producción de otras vacunas, sino en el virus SARS-CoV-2. «Ya hemos obtenido el virus sintético en el laboratorio y a través de la ingeniería genética estamos, tratando de identificar qué gen o genes le confieren al virus su virulencia, que normalmente son los responsables de inhibir la respuesta inmunitaria innata. Cuando lo identifiquemos, prácticamente tendremos nuestro candidato a vacuna. En los próximos cuatro o cinco meses creemos que podríamos tener ya un prototipo y empezar ensayos en animales», ha asegurado.

Los expertos que han participado en el encuentro organizado por la SER coinciden en que, en este momento es prioritario conseguir una vacuna que proteja lo suficiente para reducir la mortalidad, los contagios y la necesidad de hospitalización, pero que en el largo plazo es interesante lograr una vacuna capaz de producir memoria inmunológica a largo plazo y que, por ello, es muy probable que convivan en el mercado diferentes vacunas.

En este sentido, Enjuanes ha lamentado que puede pasar que las vacunas que acaben llegando «no sean las mejores, sino, aquellas que hayan conseguido financiación por parte de una multinacional, con la correspondiente influencia en los gobiernos, y capacidad de producción».

En el encuentro también ha participado David M. Salisbury, del Royal Institute of International Affairs, Chatham House de Londres (Reino Unido), quien ha insistido en la importancia de que la vacunación llegue a todos los países del mundo y ha lamentado que esta no estará disponible en todos ellos a la vez, puesto que existen diferencias notables en estructura y recursos, sobre todo en muchos países de África y algunas zonas de Asia y América. En este sentido, ha instado a hacer un esfuerzo global para poner en marcha fondos económicos que permitan el acceso a las vacunas por parte de los países más necesitados.