La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha afirmado este lunes que España acude a las negociaciones europeas con la «cabeza alta»: «No vamos a hacer reformas porque nos lo digan los demás sino porque sabemos que tenemos que hacerlas para no dejar a ningún ciudadano atrás».
Preguntada en una entrevista en Cope, ha dejado claro que del extranjero no ha llegado ninguna opinión sobre el hecho de que Podemos forme parte de la coalición de Gobierno en España, porque sería «una injerencia insoportable en el espacio de libertad de cada país». Y ha añadido que en Europea hay gobiernos compuestos por «coaliciones muy heterogéneas» y que «esa es la belleza de la democracia, poder trabajar con coaliciones más allá de lo que uno piense».
Según ha dicho, lo que se pide a España y también se le pide a todos los países en el marco del Fondo de Recuperación que se está negociando es poner sobre la mesa un plan de recuperación para poder aplicarlo.
En ese contexto ha situado la Comisión de Reconstrucción Social y Económica abierta en el Congreso pero también medidas ya aprobadas por el Gobierno para la transición energética, la economía circular o el ingreso mínimo vital, que son reformas estructurales.
En todo caso, ha reconocido que aún «hay mucho trabajo por hacer» para lograr un consenso sobre el plan de recuperación europeo y sobre todo el presupuesto de la UE –el llamado Marco Financiero Plurianual 2021-2027–.
Según ha dicho, España tiene «buena sintonía con Alemania» y ambos gobiernos han trabajado sobre bases comunes y ahora hay que hacer «más ejercicio de convicción y de diálogo» con países como Países Bajos o Suecia, cuyos ministros van a visitar España en breve, y «limar asperezas».
Además, ha dejado claro que con Países Bajos también hay puntos de acuerdo y ha insistido en que el objetivo es «dar una respuesta europea de todos para todos» porque lo que está en juego es el mercado único europeo.
Por otro lado, preguntada sobre la posición de los socialistas sobre Venezuela, ha afirmado que la posición que defiende el Gobierno español, «una transición democrática impulsada por los propios venezolanos», es también una posición acordada entre los socios europeos, así que no ha cambiado ni en lo que va de legislatura ni respecto a la legislatura anterior.
