Investigadores del Centro Alemán para la Investigación de la Diabetes, el Hospital Universitario de Tübingen y el Hospital Infantil de Boston (Estados Unidos) han explicado por qué, y hasta qué punto, una gran circunferencia de la cadera, una estimación del aumento de la masa grasa en la parte inferior del cuerpo, protege de la diabetes de tipo 2 y de las enfermedades cardiovasculares.
El trabajo, publicado en la revista ‘Lancet Diabetes & Endocrinology’, también proporciona nueva información de que una gran cantidad de masa grasa en la cadera y las piernas es muy importante para mantener la salud metabólica. Además, analiza las modificaciones del estilo de vida y las intervenciones farmacológicas que mejoran la distribución de la grasa corporal y ejemplifica cómo el hecho de centrarse en la masa grasa de la parte inferior del cuerpo ayuda a los médicos en la evaluación de riesgos y la comunicación con el paciente.
El aumento de la masa grasa es un importante factor de riesgo para el aumento mundial de la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, para una masa grasa determinada, existe una gran variabilidad en el riesgo de estas enfermedades cardiometabólicas.
Por ejemplo, algunas personas delgadas tienen inesperadamente un riesgo de diabetes de tipo 2 y de enfermedades cardiovasculares similar al aumento de riesgo que se observa en la mayoría de las personas que tienen obesidad. Lo que ambos fenotipos tienen en común es un aumento de la parte superior del cuerpo, y más específicamente, un aumento de la masa grasa visceral (dentro del vientre). Como resultado, se ha prestado mucha atención al fuerte poder de predicción de la obesidad de la parte superior del cuerpo.
Sin embargo, las comparaciones con enfermedades poco frecuentes como la lipodistrofia (dramática rarefacción de la masa grasa bajo la piel) y el estudio de la distribución de la grasa determinada genéticamente en la población general, sugieren que la disminución de la capacidad de expansión de la grasa en la parte inferior del cuerpo también es muy importante para predecir la incidencia de estas enfermedades.
Los investigadores destacan los mecanismos que dan lugar al almacenamiento de energía en diferentes depósitos de grasa del cuerpo, o de forma ectópica, en órganos como el hígado, el páncreas y el corazón. Luego discute los estudios que muestran hasta qué punto la medición de la grasa en la parte inferior del cuerpo es útil para estimar el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
A este respecto, los estudios de referencia publicados recientemente proporcionan el apoyo genético de que una cantidad baja de grasa visceral estimada y una cantidad alta de grasa en la parte inferior del cuerpo pueden ser igualmente importantes para mantener la salud cardiometabólica. A continuación, proporciona información novedosa de un estudio de resonancia magnética que apoya esta hipótesis.
Los autores discuten entonces los mecanismos que pueden conducir a una dramática redistribución de la grasa de la parte inferior a la parte superior del cuerpo durante el envejecimiento. En este sentido, los cambios en los niveles de hormonas sexuales y la señalización durante la vida se consideran muy importantes, tanto en hombres como en mujeres.
También argumentan las estrategias, relacionadas con los cambios en el estilo de vida, o el tratamiento farmacológico en enfermedades asociadas con una distribución desproporcionada de la grasa, como la enfermedad de hígado graso no alcohólico o un fenotipo similar a la lipodistrofia, que ayudan a dificultar dicha redistribución de la grasa. Por último, ejemplifican cómo el hecho de centrarse en una menor masa grasa corporal ayuda a los proveedores de atención de la salud a evaluar mejor el riesgo de enfermedades cardiometabólicas y a comunicar este riesgo a sus pacientes.