A Juan Bravo Baena si algo le sobra es currículum político. A sus 49 años es, desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la calle Génova, vicesecretario de Economía nacional del Partido Popular, pero nadie puede achacarle no ocupar ese puesto por méritos propios.
Bravo, licenciado en Derecho es funcionario del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda, pero si por algo destacó en su carrera política es por su papel como diputado del Grupo Popular en el Congreso por Ceuta y posteriormente su crucial desempeño como consejero de Hacienda y Financiación Europea de la Junta de Andalucía de Juanma Moreno, y achacándosele el conocido como «milagro económico andaluz». Su bagaje le ha facilitado ese papel predominante como una de las voces más reconocidas en la gestión de la política económica que plantean los populares.
NO APUNTABA COMO POLÍTICO
Conocido en el mundo del fútbol como «Juanele», ya que en los primeros compases de su mayoría de edad fue jugador del equipo de División de Honor de fútbol sala ‘Jaén
Paraíso Interior’, ahora trata de encajarle goles a la situación económica con recetas igual de cuestionadas por sus detractores como aplaudidas por la sociedad civil.
Criticado duramente en sus comienzos por mantener un perfil bajo, siendo chascarrillo que en los actos de partido se le insistía para ocupar los primeros asientos, es algo que ha sido aplaudido posteriormente, cuando el cariz político ha pedido templanza y más soluciones que leña en un PP que por momentos sufrió el azote de los vientos de cambio tras la marcha forzada de Pablo Casado.
EL CIMIENTO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO ANDALUZ
El PIB del segundo trimestre publicado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) indican que el Producto Interior Bruto de la economía andaluza ha crecido en el segundo trimestre de 2023 un 2,2% interanual, lo que supone casi medio punto más que la media nacional (1,8%) y cuatro veces el crecimiento registrado por término medio en la Eurozona y la UE (0,6% y 0,5%).
La receta de Bravo no es un secreto, con mayor mérito en un año de sequía con la potente vinculación del PIB andaluz con el campo, y viene marcada por la firma de Bravo desde el 2020 al 2022: fiscalidad orientada a la creación de empleo, la reducción del gasto político superfluo, la simplificación de trabas administrativas y burocráticas, y el aprovechamiento de los fondos europeos, todo ello siempre vinculado al motor de la economía como es el empleo.
LA RECETA DE JUAN BRAVO QUE AHORA RECAE EN COMUNIDADES Y AYUNTAMIENTOS
Fue en un acto organizado por los ‘populares’ con representantes de los colectivos de empresarios abulenses en el marco de las pasadas elecciones generales cuando bajo el título ‘Economía y empleo para todos’, Bravo puso su impronta a la línea económica del partido más votado en las pasadas elecciones.
Sus líneas son el ensanche de su estrategia en Andalucía con una profunda modernización de la política económica del PP para «conseguir un cambio real» que pasan nuevamente por una fiscalidad orientada a la creación de empleo bajando los impuestos para «crear el clima para la inversión y el apoyo a la financiación».
Potenciar la digitalización de pymes y autónomos, y la orientación de las subvenciones para «proyectos conjuntos» que permitan la colaboración entre administraciones que «coincidan en estrategias y objetivos». Todo ello ingredientes de una fórmula que ahora, tras la no investidura de Feijóo caen directamente en las autonomías y municipios controlados por los ‘populares’, donde Bravo puede ser un hombre fundamental para el sostenimiento del apoyo popular.