La última ha sido el cumplimiento de la Ley del Aborto. La anterior, su negativa a recortar las ayudas a los sindicatos. En dos días, dos desencuentros entre la presidenta de Extremadura María Guardiola y Vox. Y en Vox ya empiezan a quejarse de que eso no es lo acordado para darle su voto afirmativo para su investidura como presidenta de Extremadura. Da la casualidad que este cambio se ha producido en la semana del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo en el Congreso.
La primera grieta abierta entre el PP de Extremadura y Vox tuvo lugar este miércoles. El consejero de Economía y Empleo, Guillermo Santamaría (PP), confirmaba que el Gobierno extremeño no iba a recortar las subvenciones que reciben los sindicatos y patronal de la región. Este recorte estaba recogido en los acuerdos que PP y Vox de Extremadura habían firmado para facilitar la investidura de María Guardiola como presidenta.
Guardiola se había reunido con los agentes sociales para explicarles las líneas directrices de sus cuatro años de Gobierno, y les aseguró que no había venido para «recortar derechos ni subvenciones de nada». Su objetivo es gestionar de la «mejor manera posible» los recursos públicos en todo lo que beneficie a la calidad de vida de los extremeños.
El recorte de las subvenciones a patronal y sindicatos viene recogido en el punto 55 del acuerdo de investidura, que explícitamente concretaba una reducción «considerable» de estas subvenciones respecto a 2022. No obstante, para que no se abre abiertamente de incumplimiento, el consejero regional de Economía reconoció que los responsables de esos temas se reunirán para tratarlo ya que «tiene que haber unos recortes».
EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY DEL ABORTO, EL SEGUNDO DESENCUENTRO DE GUARDIOLA
Y este jueves, un día después, se produjo el segundo desencuentro. Esta vez en el Pleno de la Asamblea extremeña donde se aprobó una propuesta del PSOE en la que se instaba al Gobierno regional a «reconocer, garantizar y avanzar en los derechos de las mujeres», en cumplimiento de la Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo. La iniciativa socialista salió adelante con los votos del PP, PSOE y Unidas por Extremadura, y los votos en contra de Vox.
Los socialistas pedían blindar en Extremadura el «aborto seguro y libre». La diputada regional socialista, Teresa García Ramos, en previsión de que el PP votaría en contra de la iniciativa acusaba al PP de «estar anclado en el pasado y cada vez más cerca e Vox», al tiempo que recalcaba la «soberana decisión de las mujeres sobre sus cuerpos». García Ramos concluía su intervención pidiendo que se consoliden los derechos de las mujeres a ejercer el aborto con libertad y seguridad.
En el turno de intervención del PP saltó la sorpresa. El diputado José María Saponi defendió el voto a favor de la iniciativa socialista por entender que «hay que respetar la ley y la autonomía y capacidad de decisión de las mujeres con su propio cuerpo». Para no compartir todas las tesis socialistas, Saponi rechazó que el PSOE trate de «dividir» a la sociedad sobre el aborto.
«Hay que respetar la ley y la autonomía y capacidad de decisión de las mujeres con su propio cuerpo», defendió el diputado del PP, José María Saponi
Desde el PP se considera, no obstante, que la iniciativa socialista era «innecesaria e inoportuna» ya que la ley nacional vigente supone una «garantía de los derechos de las mujeres y es de obligado cumplimiento», y porque la política «no está para cercenar los derechos de las mujeres». Para concluir, Sapoi explicó que «negar a las mujeres un acceso legal y seguro pone en riesgo su vida y viola uno de sus derechos más fundamentales».
VOX CALIFICA LA ACTUAL LEY DEL ABORTO COMO UN ATAQUE AL DERECHO A LA VIDA
Por su parte, el diputado regional de Vox, Óscar Fernández Calle, volvió a repetir en el Pleno regional las tesis de su partido sobre este tema. Esto es, propuso la derogación inmediata de la actual ley nacional del aborto y que se articule otra que «ponga la protección de la vida y de la mujer en el centro y no en los alrededores como está ahora».
A su juicio, la actual ley del aborto es un «ataque frontal al derecho a la vida», además de provocar una absoluta indefensión en el no nacido hasta las 14 semanas. A ello añadió que se trata de «una discriminación inaceptable a las personas con discapacidad porque se amplía el plazo para que puedan abortar hasta la semana 22».
En defensa de la vida, el diputado de Vox apostó por articular normas que «protejan al no nacido y a la mujer embarazada, garantizándole de forma rápida y veraz la información científica. El aborto no puede ser nunca un derecho fundamental porque no persigue un bien en sí mismo. No hay derecho a eliminar vida, y lo que hay en el seno materno es vida», concluyó.
Las tesis de Vox chocaron frontalmente con las de Unidas por Extremadura, cuya diputada regional Nerea Fernández Cordero consideró necesario blindar el derecho al aborto en la red sanitaria pública, mientras criticó que en la región aún no se hayan puesto en marcha medidas para educar a las personas que ven en el aborto un fracaso y no un derecho.
LOS DESENCUENTROS ENTRE PP Y VOX EN EXTREMADURA Y LA INVESTIDURA DE FEIJÓO
Como las casualidades no existen, y aunque desde el PP dirigido por María Guardiola se pretende suavizar los desencuentros, lo cierto es que este cambio de actitud ha coincidido en la misma semana en que Feijóo debatía en el Congreso de los Diputados su investidura.
Durante el debate, Feijóo dejó claro que Vox le apoyaba sin pedir nada a cambio en su posible futuro gobierno, poniendo distancia con el líder Santiago Abascal. Una distancia que se vio en la fotografía del pasado domingo 24 de septiembre en la Plaza de Felipe II en la manifestación contra la amnistía. Pese a compartir ambos partidos el rechazo a la amnistía, nadie de Vox apareció en la tribuna de oradores. El PP había dejado abierta la puerta a quien quisiera asistir.
El debate de investidura también le ha servido a Feijóo para dejar nítidamente claro quién es el líder de la derecha y de la oposición. Todo parece que limitará su relación con Vox a nivel autonómico y de ayuntamientos cumpliendo puntualmente los acuerdos de investidura en cada caso, o incluso como ha ocurrido en Extremadura, saltándose algún punto del acuerdo.
Antes de la investidura, y siguiendo los puntos del acuerdo de investidura María Guardiola eliminó la consejería de Igualdad, recortó las ayudas a los comedores escolares y redujo los impuestos.