El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exigirá este viernes en la reunión del Consejo Europeo que se celebra por videoconferencia un «acuerdo ambicioso» y que esté «a la altura de una crisis», la del coronavirus, «sin precedentes».
Según ha informado Moncloa, los principales temas que trataran los jefes de Estado y Gobierno de los 27 países de la Unión Europea serán el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 y el Plan de Recuperación para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.
En esta línea, desde el Gobierno han recordado que es la primera vez que los mandatarios de los países de la Unión podrán debatir la propuesta que presento la Comisión Europea el pasado 27 de mayo para la creación de un fondo de recuperación dotado con 750.000 millones de euros.
Para el Ejecutivo español, la propuesta «es un punto de partida para iniciar la negociación, que debe comenzar lo antes posible con el objetivo de lograr un acuerdo durante el próximo mes de julio. El Consejo Europeo comenzará a las 10.00 con la intervención del presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli.
LA SESIÓN DE ESTE VIERNES, UN «CALENTAMIENTO» DE CARA A JULIO
La sesión de este viernes será un «calentamiento», tal y como lo definen fuentes diplomáticas, de cara a una reunión posterior en julio, que se espera incluso que sea presencial. El propio presidente del Consejo europeo, Charles Michel, asume que el pacto este viernes es imposible en la carta de invitación enviada a los líderes.
Las propuestas lanzadas hasta ahora han sido recibidas de manera desigual por los Estados miembros, aunque ninguno rechaza de plano la arquitectura principal del plan de reconstrucción: el Ejecutivo comunitario acudirá a los mercados y captará fondos mediante la emisión de deuda. Este dinero será después transferido a los gobiernos nacionales.
España ve con buenos ojos el planteamiento de Bruselas, pero también cree que los 750.000 millones que plantea Bruselas se encuentran en la banda baja de lo que debería inyectarse en la economía. Madrid comparte con París, Berlín, Roma y otras capitales un frente que reivindica las transferencias directas frente a los préstamos.
Países del norte como Países Bajos, Suecia, Austria o Dinamarca (llamados ‘los cuatro frugales’) y en parte, Finlandia, representan el bloque más crítico con la propuesta. Aunque aceptan que Bruselas emita deuda, piensan que el fondo puede ser menor que los 750.000 millones que propone la Comisión y, sobre todo, defienden que se transfiera a los países a través de préstamos a devolver, y no con subvenciones no reembolsables.