La DGT, ante la «incertidumbre» de abrir las vías en la ‘nueva normalidad’

El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha reconocido que existe «incertidumbre» por lo que pueda pasar en las carreteras de cara a la reapertura total de las vías a partir del 21 de junio, fecha en que deja de tener vigencia el Estado de Alarma y que da paso a la denominada ‘nueva normalidad’.

«Nos movemos en la incertidumbre», ha asegurado Navarro en una mesa redonda organizada este jueves por el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA sobre el impacto de la desescalada en la seguridad vial.

Según ha indicado, esta «incertidumbre» se debe a una posible combinación de conducción imprudente y consumo de alcohol a causa de celebraciones y reencuentros, dado que a partir del 21 de junio se permitirá ya la movilidad por todo el territorio nacional.

En este sentido, aunque el responsable de este organismo ha destacado a España como uno de los países que más ha reducido la movilidad durante la pandemia, admite que «sigue habiendo un problema con el alcohol y la conducción», con usuarios que siguen evitando el uso del cinturón de seguridad «porque no les da la gana». Por ello, considera un «reto», que ahora sea el momento de «volver a colocar la seguridad vial en la agenda».

Navarro también ha recordado que durante la pandemia, se han detectado dos fases en lo que se refiere a la seguridad vial: una, de confinamiento, y la otra, de desescalada, en la que han ido aumentando los accidentes a medida que aumentaba la circulación, destacando los de motoristas, que han pasado de no registrarse durante la restricción de movimientos a un incremento de la mortalidad desde mayo.

Dentro de la estadística, la mayor parte de accidentes, tal y como ha expuesto durante su intervención, han sido por salidas de la vía, y se ha producido también un aumento de los accidentes de camiones, al ser los que más circulaban en determinadas fechas.

EXPERTOS

En las jornadas ha participado el director general del Centro de Estudios PONLE FRENO-AXA, Josep Alfonso, que ha insistido la importancia de «extremar las medidas de seguridad» después del confinamiento, pues la habilidad en la conducción «no es la misma». «Salir con deseos de libertad hace que bajemos la guardia», ha recalcado.

Por su parte, el coordinador general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Federico Jiménez de Parga, ha resaltado algunos de los cambios en la circulación urbana a causa de esta crisis: «Un 15% de usuarios de transporte público han pasado al privado por miedo».

Además, ha destacado la irrupción del teletrabajo como factor influyente en la movilidad, ya que puede contribuir a reducir la circulación, así como la percepción de que mucha gente va a tomar la decisión de acudir andando al trabajo si es posible. Otra cuestión generada por esta crisis es el estudio de la implantación de ‘apps’ que optimicen el empleo del transporte público.

Mientras, Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial y persona que fomentó e implantó el carné por puntos en España, ha realizado una previsión: el crecimiento del uso del ‘vehículo ligero personal’, que se mueve en torno a los 20-40 km/h, lo que puede incrementar también las posibilidades de accidentes con resultado mortal. Por eso, ha abogado por la «pacificación» del tráfico urbano, con reducción de velocidades en las vías, augurando que «en 2025 podría ser sencillo llegar a un 50% menos de muertos en Madrid».

Y para Francisco Alonso, director del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS), de la Universitat de València, la crisis del COVID-19 tiene otro impacto: «Un tercio de la población está afectado por estados de ansiedad y trastornos del sueño, factores que afectan al tráfico».

A su juicio, «las emociones influyen en la conducción y el trastorno del sueño también, agravado por el consumo de fármacos para combatirlo», asegurando que «los efectos psicológicos de un confinamiento pueden prolongarse hasta tres años y esta incertidumbre no ha terminado. Además, ha instado a responder a las cuestiones de seguridad vial con un mayor empleo del transporte público: «El problema con él, ahora, es el miedo. Por eso hay que hacer que sea seguro, y que la población perciba que lo es».