domingo, 15 diciembre 2024

Docentes piden inversiones para el próximo curso

Los docentes españoles reclaman inversiones en infraestructuras y personal ante el próximo curso, cuando se regresará a las aulas tras meses de educación a distancia, y la gran mayoría, el 67%, muestra su preocupación por la brecha digital y la falta de dispositivos electrónicos entre su alumnado.

Estas son algunas de las conclusiones de la investigación «Panorama de la educación en España tras la pandemia del COVID-19: La opinión de la comunidad educativa» realizada por un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Málaga, coordinado por el profesor e investigador de la UGR, Fernando Trujillo, y que ha sido presentado este jueves por la FAD.

En el estudio han participado más de 5.000 docentes, alumnos y familias, y la mayor parte del profesorado, el 76%, indica que el principal reto del próximo curso será motivar a sus estudiantes tras la suspensión de las clases por la pandemia, y al 61% de los participantes en la investigación también les preocupa la gestión emocional de su alumnado.

«La imagen que hemos recibido es la de un profesorado muy preocupado por su alumnado», apunta Fernando Trujillo, el coordinador de la investigación, que califica como una «sorpresa» el alto porcentaje de docentes, el 67%, que señala la falta de dispositivos electrónicos para el próximo curso, que pretende ser presencial para todos los estudiantes, como un problema.

«Está sorpresa demuestra que hay más familias sin ordenadores de lo que se ha dicho, porque en muchas puede haber uno solo para varios hijos y un padre o madre teletrabajando. El problema es más profundo, y es que nuestra sociedad todavía no es digital», subraya Trujillo. «Es que muchos profesores nos dicen que han estado dando clases por WhatsApp», apostilla.

La preocupación por la brecha digital y la igualdad de oportunidades es mayor incluso a las condiciones sanitarias en los centros educativos. En concreto, al 63% de los docentes le inquieta la falta de personal en los centros para hacer frente a las nuevas necesidades, al 60% la disponibilidad de medidas de seguridad e higiene, y al 57% le preocupa cómo gestionar los espacios existentes para cumplir con las medidas de distanciamiento.

«Los docentes quieren la presencialidad el próximo curso, pero que con garantías sanitarias, por eso piden que se respete la distancia social, y para hacerlo hay que jugar con los espacios y con la contratación de más personal», añade Fernando Trujillo.

Por ese motivo, los docentes «piden abrumadoramente» inversión en infraestructuras y personal, así como una revisión profunda del currículum y más colaboración entre profesores a partir de septiembre.

Sin embargo, según apunta el estudio presentado por la FAD y elaborado en colaboración con el BBVA, los docentes se muestran «escépticos» con la administración porque «se ha limitado durante el curso 2019-2020 a invocar la autonomía de los centros sin aportar soluciones, ni recursos, ni inversiones».

«La falta de instrucciones claras y criterios unificados para abordar la actividad docente durante el cierre de los centros ha provocado un acusado sentimiento de abandono y un profundo cansancio entre los docentes y los equipos directivos que confiesan haber recurrido a la improvisación en la peor crisis educativa de la historia reciente», apuntan desde la FAD.

DEMANDAS DE FAMILIAS Y ESTUDIANTES

Las familias que han participado en la investigación señalan las dificultades «para adaptarse a criterios cambiantes» y los problemas para conciliar el trabajo y la ayuda en las tareas escolares de sus hijos, sobre todo en las etapas de Infantil y Primaria. También muestran su preocupación por la brecha digital, y demandan más financiación para los centros educativos.

Las familias también manifiestan inquietud por el modelo de enseñanza el próximo curso y reivindican el valor de lo presencial como algo insustituible. Entre otras cuestiones, les preocupa que los meses del confinamiento y la educación telemática afecten a la socialización y generen problemas psicológicos, apuntan los autores del estudio. También que surja un problema de adicción a las pantallas en sus hijos e hijas, que estaban ya conectados antes de la pandemia y que ahora están todo el día delante de las pantallas tanto por ocio como por cuestiones académicas.

En la investigación han participado además estudiantes de casi todas las etapas, salvo Infantil, y se muestran críticos con las infraestructuras de sus centros, tanto en relación con los espacios como en lo referente a recursos tecnológicos.

«Son conscientes de que de la primera cuestión depende la posible distancia física que se pueda mantener en clase y de que los recursos tecnológicos en el centro pueden servir para aquellos estudiantes que se encuentran en una situación socioeconómica más desfavorecida», aseguran los autores.

Los estudiantes reclaman empatía por parte del profesorado ante las circunstancias excepcionales que ha provocado la crisis sanitaria, y admiten que han pasado por etapas de mucha confusión y estrés, en parte debido a la pandemia y al estado de alarma pero también por la «descoordinación y exceso de tareas» que han experimentado durante este curso marcado por la pandemia.

También reclaman un cambio metodológico con más recursos audiovisuales. En este sentido, los estudiantes de aquellos centros que ya trabajaban con tecnología y desde un enfoque claramente basado en competencias parecen haber vivido con menos ansiedad el confinamiento y afrontan con mayor esperanza el próximo curso», según los autores del estudio presentado por la FAD.

Esta investigación es un paso previo al proyecto «Educación Conectada» de BBVA y FAD que comprende un conjunto de acciones de emergencia dirigidas al ámbito educativo tras la crisis causada por la COVID-19. «El objetivo es paliar las graves consecuencias que la actual crisis está teniendo en toda la comunidad educativa, y que está dirigido especialmente a la población más vulnerable», apuntan desde la FAD.