sábado, 23 noviembre 2024

La violencia olvidada en la Ley Trans, la más atendida por el teléfono Arcoíris

Coger el móvil, marcar el 028 y esperar que al otro lado un profesional psicológico o jurídico te ayude si eres una persona que pertenece al colectivo LGTBIQ+. Esto es lo que consiguió implantar el ministerio de Igualdad el pasado 5 de julio, creando una línea de atención especializada en atender a víctimas de delitos de odio por LGTBIfobia o por discriminación, así como «a cualquier duda o inquietud relacionada con la orientación sexual, la identidad de género o las características sexuales», tal y como informaba el ministerio de Irene Montero cuando activó este servicio. Sin embargo, cuando el teléfono no ha llegado a sus dos meses de vida, sus trabajadoras se han sorprendido de que «en la mayoría de las llamadas» lo que atienden son casos de violencia intragénero.

El equipo de Irene Montero quiso acercar al colectivo LGTBIQ+ los métodos de ayuda que ya tienen las mujeres víctimas de violencia de género en el 016. Para ello, el ministerio de Igualdad creó el Servicio Arcoíris, o el teléfono 028, con el que pretendía abordar la cuestión de que «la orientación sexual y la identidad de género son la segunda causa de denuncias por delitos de odio». Sin embargo, con el poco tiempo de vida que tiene esta línea asistencial, las trabadoras telefónicas ya han detectado que el principal problema por el que las personas llaman es por la violencia que sufren en sus relaciones homosexuales y no tanto por los posibles delitos de odio que puedan sufrir.

«Hay llamadas que pueden durar desde cinco minutos hasta una hora y es sorprendente la cantidad de gente que llama por violencia intragénero», así lo ha contado A. a Moncloa.com, una psicóloga especializada en el colectivo LGTBIQ+ que trabaja en el 028 desde que este teléfono descolgó su primera llamada. A. asegura que muchas otras personas «también llaman por puro desconocimiento de su sexualidad», algunas «de pueblos de la España profunda, donde se han criado y vivido toda su vida y no han tenido nunca relación con ninguna persona del colectivo». Sin embargo, la violencia entre las parejas LGTBIQ+ es el «principal motivo» para el que está sirviendo este Servicio Arcoíris, para el que el ministerio de Igualdad ha hecho una inversión que ronda los tres millones de euros.

Una violencia que no fue incluida en la Ley Trans

La violencia intragénero es aquella que se produce en el ámbito de una relación afectiva y sexual entre personas del mismo género. Este tipo de violencia preveía estar incluida en la Ley Trans de Irene Montero, en la que el artículo 65 pretendía equiparar la violencia sufrida por victimas de sus parejas homosexuales a las de la violencia de género. Sin embargo, en el último momento el PSOE emitió una enmienda para la eliminación de este apartado y Unidas Podemos la aceptó. Así, aunque en un principio la violencia intragénero iba a encontrar su lugar explícito en la legislación, las concesiones de Irene Montero al PSOE para sacar adelante las premisas relacionadas con la transición de género, hizo que la violencia entre parejas LGTBIQ+ volviera al armario en el que estaba: la violencia doméstica.

Con este paso atrás del partido morado, las personas víctimas de su pareja, al no tratarse de una relación heterosexual, no encuentran un amparo legal concreto y actualmente se encuadra en la denominada violencia doméstica, en concreto está regulada en los artículo 153.2 y 173.2 del Código Penal. Sin embargo, quien lo sufre no puede ser incluida en los centros de atención de urgencia para víctimas y tampoco cuentan con los mismos recursos y apoyos que tienen aquellas mujeres que han sufrido o sufren en la actualidad violencia de género.

La violencia intragénero, olvidada y sin datos en España

El caso «más sonado» fue el que ocurrió en Motril (Granada) donde una mujer de 36 años asesinó a su novia de 18 en abril de 2021. La acusada de asesinato fue condenada finalmente a 17 años de prisión con agravantes por los métodos que empleó y por intentar ocultar el cuerpo. Por eso, cuando la madre de Marina, la chica asesinada, conoció que esta violencia no iba a ser incluida en la Ley Trans sacó un comunicado en el que preguntaba lo siguiente: «¿Cuándo se tendrá en cuenta la violencia intragénero para que las víctimas puedan tener los mismos derechos que las de violencia machista?».

Los informes de campo calculan que este tipo de violencia está presente en el 26% de relaciones gays y 33% en lésbicas. Sin embargo, las víctimas de violencia intragénero no han encontrado su cobijo en el actual ministerio de Igualdad, ahora en funciones. Más allá de la «Guía rápida para víctimas de violencia intragénero durante la vigencia del Estado de Alarma» que publicó la administración de Montero durante la pandemia del Covid-19, no existen datos concretos en las bases nacionales sobre el número de casos de violencia intragénero ni estudios realizados por este ministerio en los que abordar una violencia que está encontrando su voz en un teléfono donde no esperaban su llamada.