El conseller de Interior, Miquel Buch, ha explicado este martes que ha «respondido muy tranquilo» a las preguntas de todas las partes al declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) como investigado por presuntamente ordenar a un mosso d’Esquadra ser el escolta del expresidente Carles Puigdemont en Bélgica tras el 1-O.
Ha contestado las preguntas de la magistrada instructora, Mercedes Armas, el fiscal y la defensa durante más de tres horas, y ha negado las acusaciones de la Fiscalía –prevaricación y malversación de fondos públicos–, mientras que el sargento de Mossos Lluís Escolà está citado a declarar el jueves, investigado por los mismos delitos, por supuestamente dar protección a Puigdemont en el extranjero.
Buch ha llegado sobre las 9.45 horas al Palacio de Justicia, donde estaba citado a declarar a las 10.00, y le han acompañado el secretario general de Interior, Brauli Duart; su abogada, Judit Gené, y los diputados de JxCat en el Parlament Albert Batet y Eduard Pujol.
Sobre los viajes de Escolà al extranjero, Buch ha señalado que la mayoría de los que hizo mientras fue asesor eran en fin de semana y que el conseller no tenía por qué saber qué hacía en sus días libres, y ha recalcado que no hacía de escolta y no se le pagaban desplazamientos ni dietas para ese trabajo, según fuentes jurídicas.
La querella de la Fiscalía menciona las publicaciones en Twitter en que Escolà se mostró junto a Puigdemont en el extranjero, ante lo que la defensa de Buch ha mostrado a la sala que el conseller no sigue al sargento en la red social, por lo que ha asegurado que desconocía estas publicaciones, según las fuentes mencionadas.
NOMBRAMIENTO DE ESCOLÀ
Escolà fue nombrado asesor de la Conselleria en materia de sistemas de seguridad en julio de 2018 y, según la querella de la Fiscalía, Buch le dio el cargo en «un acto de arbitrariedad» y para que hiciera de escolta de Puigdemont, ante lo que Buch ha defendido que lo eligió para tener una perspectiva más técnica sobre el cuerpo y la seguridad, ya al llegar al cargo no tenía experiencia en la materia.
Ha explicado que quería a un mosso como asesor porque llegó al cargo en un momento complicado para el cuerpo –con la cúpula policial investigada y meses antes de notificarse la sentencia del 1-O–, y que su equipo le recomendó a Escolà, que entonces estaba de baja y aceptó el cargo a diferencia de las reticencias de otros policías a ser asesores de políticos.
La querella del fiscal pone en duda el trabajo de Escolà como asesor del departamento, con informes «de muy corta extensión y plagados de generalidades», lo que la defensa ha argumentado en la falta de experiencia de Buch al llegar a la Conselleria, por lo que eran resúmenes sobre conceptos básicos.
DENUNCIA DE CS Y QUERELLA
La Fiscalía Superior de Cataluña abrió diligencias de investigación en marzo de 2010 tras recibir una denuncia de Cs, que aseguraba que Buch había nombrado a Escolà como asesor cuando en realidad ejercía funciones de escolta a Puigdemont en Bélgica.
El Ministerio Público se querelló tras la denuncia, y el TSJC acordó incoar diligencias previas porque vio en la querella «la existencia de indicios suficientes» de malversación y prevaricación.