El PSC tiró la piedra de la condonación de deuda de los Fondos de Liquidez Autonómica (FLA) para tratar de obtener la investidura de Pedro Sánchez y contentar así a ERC y Junts, así como a otros partidos, como Sumar, una amalgama de formaciones repartidas por toda España y con cada vez menor presencia en las instituciones.
Para condonar la deuda, el pago que se ha ofrecido a cambio del ‘sí’ de ERC y Junts en la investidura de Pedro Sánchez, los socialistas encabezados por Salvador Illa tendrán que abordar la reforma de la financiación autonómica, que sin el acuerdo con el PP será muy complicada.
El PSC abogó por realizar una quita de deuda a Cataluña para entablar el diálogo y abrir un peligroso melón ya que dejaría en la estacada la solidaridad y sentaría un precedente respecto a la gestión de las regiones. El mensaje que se traslada al resto de Europa es nefasto, más cuando los países del norte exigen una mayor contundencia a la hora de exigir recortes a los despilfarradores del sur.
EL PSOE VUELVE A USAR LA FINANCIACIÓN COMO MONEDA DE CAMBIO
La financiación autonómica nació con José Luis Rodríguez Zapatero, en un nuevo intento de complacer a los nacionalistas e independentistas y poner los cimientos de una España dividida por naciones, un país federal. Para ello, se necesita modificar prácticamente todo el sistema, incluyendo la Constitución. Los intentos del anterior presidente del Gobierno socialista no fructificaron y desde hace una década el sistema continúa sin abordarse.
La condonación de deuda a cambio del ‘sí’ de ERC y Junts en la investidura de Pedro Sánchez
El PSOE, siguiendo los pasos del PSC, trata de atraer a los independentistas, pero al mismo tiempo prepara el terreno para gobernar con una mejor posición en caso de recuperar territorios en las próximas elecciones autonómicas, como Valencia, Baleares o Andalucía, y con opciones para volver a la Generalitat.
Sin tener aún a candidato alguno para la investidura, el PSOE exige abordar cuanto antes la financiación autonómica. El fin no es exigir una mejor gestión a las cúpulas de las regiones, sino contentar a los posibles socios de la votación que tendrá lugar tras el 17 de agosto, día en el que se constituyen oficialmente Las Cortes. No hay tiempo estipulado para iniciar la primera votación al depender directamente del Rey, que tendrá que decidir entre Feijóo, el ganador de los comicios, o Sánchez, perdedor y sólo con la opción de un sí rotundo de Junts para volver a ser presidente.
LA CONDONACIÓN DE DEUDA, UN PUÑAL A MADRID Y UN INJUSTO PREMIO A CATALUÑA
Los nacionalistas e independentistas han exigido el referéndum sobre la independencia de Cataluña, y por ende al País Vasco, para dar su apoyo, mientras ERC ha pedido reunir la mesa de negociación bilateral sobre la financiación, fuera del Consejo de Política Fiscal y Económica, donde se sientan todas las Comunidades Autónomas. Asimismo, las Comunidades más beneficiadas por esta quita de deuda, sea o no en su totalidad, son precisamente graneros de voto socialista.
Para poner en contexto, todas las regiones deben en total más de 187.000 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España correspondientes a los primeros tres meses de este año. A este montante, se le añade la imposibilidad de muchas de ellas de poder acceder a los mercados primarios de deuda, como es el caso de Cataluña o Valencia, y por tanto dependen exclusivamente de las compras del Estado para mantener su nivel de gasto. Y es que, la época de ajustes que exige Bruselas aún no ha calado en las instituciones, mientras millones de familias dan por imposible poder ahorrar con los actuales niveles de precios y tipos de interés.
En el caso de Cataluña, donde el PSC ha obtenido una clara victoria, la deuda total alcanza los 85.500 millones de euros, muy por encima de los 55.000 millones de Presupuestos anuales. De este importe, casi 72.000 millones corresponden al FLA, es decir, dinero aportado por todos los españoles. La situación para los de Pere Aragonès (ERC) es crítica al no disponer de apoyos para sacar adelante las cuentas y sin un plan para adelgazar la masa de gasto. En este sentido, la deuda de Cataluña alcanza el 33% de su PIB.
LA CONDONACIÓN DE DEUDA BENEFICIA AL PSOE
En comparación con Madrid, convertida en el objetivo de la izquierda, Cataluña sale muy mal parada. La deuda de Madrid apenas supone 37.500 millones, un nivel muy asumible por la gestión del PP. Y es que, la región puede presumir de acudir a los mercados de deuda con soltura, sin problema y sin un spread de intereses elevado.
El segundo granero de votos socialistas es Valencia, con una deuda de 55.440 millones, prácticamente cuatro de cada diez euros de su PIB. De nuevo, el Estado es su principal acreedor y sin esta asistencia vería cortadas las alas. Con el nuevo Gobierno PP y Vox, la lucha por estos fondos será muy dura ya que en caso de un nuevo Gobierno socialista pondría en entredicho la buena predisposición respecto al anterior Ejecutivo autonómico, del puño y la rosa.
Andalucía, por su parte, principal protagonista de cómo cambian los tiempos políticos en España registra una deuda total de más de 36.700 millones, de los que se deben casi 25.300 millones al resto de españoles. El nuevo Gobierno del PP señala al castigo de los distintos Gobiernos por una financiación muy inferior a la que correspondería por número de habitantes, aunque no así en relación al PIB.
LA CONDONACIÓN DE DEUDA DIFERENCIA A LOS ESPAÑOLES
Y es que, durante cuarenta años en manos del PSOE no ha sido posible situarla como la región más próspera de España, a pesar de ser la más numerosa. Las redes clientelares, la falta de una apuesta decidida por la industria y las subvenciones al campo han hecho estragos.
Esta pretensión del PSOE otorga un tratamiento muy distinto a los españoles. Por un lado, la quita ofrece un premio injusto para quienes no han sabido gestionar los recursos públicos, mientras que castiga doblemente a quien ha prestado el dinero y ahora no lo puede reinvertir, un coste de oportunidad que pagará gratuitamente el Estado a costa del contribuyente.
Este trato de favor muestra así un nuevo agravio comparativo, más a la hora de negociar la quita, sin luz ni taquígrafos. Asimismo, los inversores extranjeros pueden ver un riesgo colateral mayor si se percatan que el Estado emplea las quitas de deuda como solución a los problemas. El escenario actual difiere y mucho con el PSOE de 2009, opuesto a realizar quitas de deuda, una propuesta propias de comunistas y de malos pagadores. Y todo, sin tener atada aún la investidura. Los pagos del PSOE a los nacionalistas serán cada vez más elevados a la hora de aprobar Presupuestos o leyes de calado.