El concejal de Urbanismo, Javier Martínez, ha informado hoy de que el Ayuntamiento de Logroño ha decidido elevar el nivel de seguridad frente a Adoratrices ante la demolición «ordenada» de parte del edificio cuya fachada se derrumbó, el pasado martes, causando el fallecimiento de una de las personas que trabajaban en su remodelación.
En declaraciones ante los medios de comunicación, Martínez ha explicado cómo esta mañana se ha mantenido una reunión entre la empresa que se va a encargar de la demolición, los técnicos que van a responsabilizarse de la misma y expertos de empresas de demolición y de estructuras, que han venido de Madrid con carácter de urgencia.
La previsión es que, a las 14:00 horas, se inicien las labores de demolición «y se espera que en unas pocas horas se solvente la parte de mayor riesgo de la intervención».
De este modo, «es posible que a lo largo de la tarde el riesgo se haya reducido» pero, «hasta entonces, se ha decidido proceder a una elevación del nivel de seguridad» impidiendo el paso frente al edificio, y desalojando a los vecinos de los números 14 y 20 de Calvo Sotelo (hasta ahora se había desalojado al 16 y 18).
Ha relatado cómo «el problema son las dudas que ha podido generar una estructura que se pensaba que podía ser más resistente y que parece ser que, ahora mismo, no hay garantías de que la estructura de la zona afectada esté en condiciones como se esperaban«.
Así, «el proceso de demolición requiere de las precauciones máximas en cuanto al procedimiento» y fueron razones de «seguridad» las que ayer motivaron que, «tras una serie de reuniones entre técnicos de la empresa, expertos en seguridad e incluso técnicos municipales», se decidiera aplazar a hoy el derribo con «el apoyo técnico y la opinión de técnicos más expertos en el tema» venidos de Madrid.
En cuanto a la vuelta de los vecinos desalojados, ha visto que es «muy probable que en 24 horas el riesgo se haya eliminado», aunque «otra cosa es que se saquen los escombros de la zona». Se podría adelantar a esta tarde, pero aún «es una hipótesis».
En cuanto a si derribar el edificio impide una investigación más exhaustiva de las causas, ha señalado que «no hay ningún impedimento por parte de investigación de policía ni de Dirección de Trabajo», por lo que ha supuesto que «todos los datos» están ya tomados.
No obstante, ha subrayado que «no es un derribo ordinario, es un derribo hecho por razones de emergencia, para eliminar el riesgo que puede producir el que puedan seguir desprendiéndose elementos o pueda generar riesgos a terceros o a colindantes«.
Si la empresa decide, más adelante, derribar el resto del edificio «ya será un procedimiento con una licencia ordinaria».
En cuanto a la maquinaria, está dentro del patio del edificio desde la misma tarde del accidente, a la espera de que pueda comenzar. Mientras se haga el derribo las calles estarán cortadas.