El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, ha dado el salto que necesitaba a nivel político. Desde que llegó, quedó claro que su equipo, ese que venía de la Xunta de Galicia, no daba la talla para moverse por la capital. Sin embargo, el presidente del PP ha dado el salto necesario para mejorar su presencia política. Los nuevos asesores de Alberto Núñez Feijoo son de sobra conocidos. Pero llama la atención su procedencia variopinta. Por un lado, está esa persona con la que come y cena de forma asidua, el expresidente del Gobierno socialista Felipe González; por otro lado está la exvicepresidenta del Ejecutivo más odiada por buena parte del PP, Soraya Sáenz de Santamaría; y por último, ha entrado en escena el todopoderoso jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, el popular Miguel Ángel Rodríguez. Con este dream team, se ha dado la vuelta a la tortilla electoral de forma magistral. Y se nota.
Lo de Felipe González es quizá lo que más choca en Génova. Se ha convertido en costumbre que el presidente del PP y el expresidente del Gobierno queden en restaurantes, generalmente en reservados, para comentar la situación política y para ver la forma en la que llegar a la Moncloa más pronto que tarde. Hay dudas en el entorno de Felipe González sobre si votará al Partido Popular o al PSOE, dada la costumbre que ha cogido de asesorar a Feijoo. Las cenas entre Feijoo y Felipe González se han intensificado de forma intensa desde hace meses. En el PP lo saben, pero no ven con malos ojos esa moderación de la que hace bandera Alberto Núñez Feijoo. Aún así, lo cierto es que no solo se está dejando llevar por voces centristas como la del expresidente del Gobierno, también las hay de otro espectro.
Al otro lado del espectro político está Miguel Ángel Rodríguez, el todopoderoso jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso y uno de los creadores de la figura de José María Aznar en sus mejores tiempos políticos. Al mismo tiempo, su experiencia tanto en Moncloa como en la creación de la otra top star política que ahora preside la Comunidad de Madrid ha sido de mucha utilidad especialmente durante el debate que enfrentó en un cara a cara a Alberto Núñez Feijoo con Pedro Sánchez. Se ha especulado en Génova incluso con la vuelta de Miguel Ángel Rodríguez a la Moncloa durante esta próxima legislatura siempre que consigan que los números den las cifras necesarias para gobernar.
La última que se ha subido al carro ha sido la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, alguien a quien todos daban por completamente retirada y que ha reaparecido de forma sorprendente en el entorno de Alberto Núñez Feijoo. El exvicepresidente de la Xunta tiene así una panorámica completa con la ayuda y el asesoramiento de un expresidente socialista, de alguien del entorno de José María Aznar y de la más conocida de la ejecutiva de Mariano Rajoy. Feijoo ha tomado una decisión que ha sido muy aplaudida por los suyos dado que las quejas que habían latentes en el partido sobre el tipo de asesoramiento que estaba recibiendo se empezaban a oír con mucha más fuerza que la necesaria.
Ahora mismo, ese equipo de Feijoo, el que nace de la Xunta y el que sigue presente en ese grupo de seis, sigue latente y presente. De hecho, ha sido muy aplaudido el trabajo de Marta Varela. Pero lo cierto es que Feijoo se ha abierto a recibir asesoramiento de terceras personas que no necesariamente con gallegos y que han contribuido a dar un giro de 180 grados a la tendencia política que seguía el presidente del PP. Los primeros meses han sido muy criticados. El haber reclutado incluso a un moderado socialista ha sido otro de los gestos que se han considerado como los primeros pasos de Feijoo hacia su perfil presidencial. La imagen del líder del PP ha sido reconstruida por iniciativa propia. Rompiendo moldes y buscando más allá de su grupo de Whatsapp. Y ya se notan las diferencias de forma notable.