Los gráficos son lo suficientemente demoledores como para explicar los pasos que están dando los sindicatos. Desde que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno, el grado de subvenciones recibido por Comisiones Obreras o UGT se disparó de los nueve millones anuales que le daba el expresidente Mariano Rajoy a los 17 millones. El doble prácticamente. Y esto ha supuesto un dato del que presume el Gobierno de forma asidua: la paz social. Ahora, sin embargo, tanto Unai Sordo como Pepe Álvarez preparan un otoño caliente con la llegada del Partido Popular. Desde Génova dejan claro que los sindicatos verán reducida drásticamente su cuota, pero no tanto como lo hizo Mariano Rajoy.
El PP no quiere entrar en detalles, pero la presencia de Vox en el Gobierno tampoco ayudará a mantener altos los ingresos de los sindicatos. La buena sintonía entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y los sindicatos como UGT o CCOO tiene una cifra detrás: 17 millones de euros cada año. Es la subvención más alta jamás recibida por los sindicatos en la historia de España. La paz social es una de las más valiosas concesiones que ha conseguido el Gobierno. El problema es que ahora se les acabó el chollo a unos sindicatos que han guardado silencio con la galopante inflación y con hechos tan dramáticos como que la cesta de la compra por causa de algunos alimentos haya subido hasta un 30%.
En el PP son conscientes. Habrá tambores de guerra y los sindicatos tomarán las calles siempre que puedan para presionar. La paz social, curiosamente no ha dependido tanto de motivos ideológicos que de motivos económicos. Si los grandes sindicatos contaban con cifras elevadas, las protestas se mitigaban lo suficiente. El problema es que desde Génova tienen la determinación de recortar de forma considerable las subvenciones recibidas por estos sindicatos que no han realizado prácticamente ninguna protesta en una de las legislaturas más abruptas y complicadas a nivel económico de la historia. Pedro Sánchez supo leerlo. Pero el PP no quiere ni oír hablar de mantener ese flujo de dinero.
Lo que sí reconocen desde el PP es que no quitarán de golpe las subvenciones a los sindicatos. De hecho, no volverán en inicio a esos 9 millones de euros anuales que les daba Mariano Rajoy cuando era presidente del Gobierno. Será más, pero no llegará ni por asomo a esos 17 que ahora han permitido a los sindicatos aumentar la plantilla de trabajadores que trufan sus sedes. A esto hay que sumarle el factor Vox, que no hay que olvidar que si por ellos fuera directamente eliminarían a UGT y a CCOO por la peculiar labor que han realizado los últimos días.
Con todo esto, y con los cambios que se avecinan con la inflación galopante, desde los sindicatos esperan un otoño calentito que ponga los puntos sobre las íes. El fin de la paz social se acerca y todo tiene que ver con esos 17 millones de euros. Pero el PP cuenta con ello al igual que Mariano Rajoy contó en su momento con que darles 9 millones no sería suficiente para mantener el ritmo.