El PSC hace extraños compañeros de cama tras las elecciones municipales de Cataluña. Los socialistas de Salvador Illa no tienen objeción alguna a la hora de llegar a pactos con todos. Por un lado, han pactado con Junts en diversos Ayuntamientos, se ha repartido Diputaciones con ERC, mientras se ha aliado con el PPC para ostentar el bastón de mando.
Para terminar de cerrar el círculo y alcanzar acuerdos con todos los grupos con representación, a excepción de Vox, los socialistas se han echado en brazos de la CUP para gobernar en seis Consistorios catalanes. Los pactos, sellados en Sant Celoni (Barcelona), Tortosa (Tarragona); Campdevànol y Sarrià de Ter, en Girona; Torres de Segre y reeditar el pacto de Tàrrega, ambas de Lleida, ponen de manifiesto la falta de principios de ambas formaciones.
El PSC se negó a tener a Xavier Trias como alcalde de Barcelona, pero alcanzan 62 pactos con formaciones independentistas
Por un lado, los socialistas se negaban a tener a Xavier Trias como alcalde de Barcelona por ser «independentista», pero el discurso cambia cuando se trata de estrechar lazos en Sant Celoni, Tortosa o Tàrraga con la extrema izquierda catalana. A estos pactos se podría sumar uno más con la Diputación de Girona, donde el PSC se ofrece a apoyar desde la oposición a ERC y la CUP para poder gobernar a expensas de Junts.
EL PSC NO DUDA PARA PACTAR CON EL SEPARATISMO
El PSC, que se vende como un freno al independentismo, hace justo lo contrario con hechos. Pero como todo buen catalanista y con toques nacionalistas, los socialistas tienen su doble discurso. Por un lado, se alía con el PPC y los Comunes para evitar la llegada de Trias en Barcelona, mientras con la CUP afirma que es un pacto entre «progresistas» y de «izquierdas».
La alianza esconde una dura guerra entre Junts y PSC, a pesar de gobernar en coalición en cuarenta municipios. Y es que, ni socialistas ni los liderados por Carles Puigdemont pueden verse en público tras las duras acusaciones entre ambas formaciones y más tras las trabas del PSC a una vuelta del líder independentista huido a Bélgica y sin inmunidad parlamentaria.
Los argumentos, sin embargo, van por barrios. En algunos de los Ayuntamientos conformados por PSC y la CUP está Junts, como el caso de Campdevànol. Este tipo de pactos ha dado alas a un movimiento abstencionista en Cataluña, que favorece a los socialistas pese a obtener peores resultados elección tras elección desde 2019.
LOS PACTOS DE LA VERGÜENZA DEL PSC ANIMAN A LA ABSTENCIÓN
«Es la decadencia del país -Cataluña-», apuntan varios abstencionistas convencidos. En este sentido, apuntan a los 62 pactos de los socialistas con formaciones independentistas dado que se ha perdido el «espíritu» y el «mandato» del resultado del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
Este nutrido grupo muestra un serio descontento con ERC, que ha pactado con el PSC en casi una veintena de Ayuntamientos, y exige un «cordón sanitario» al PSC, PPC, Ciudadanos y Vox para tratar de volver a la unidad independentista, tan visible como en 2015, cuando ERC y la antigua CiU sellaron la gran coalición y rozaron la mayoría absoluta. No obstante, necesitaban a la CUP para poder gobernar y la extrema izquierda exigía un referéndum o la independencia unilateral de Cataluña.
Tras el 155 aplicado por Mariano Rajoy, la tensión en Cataluña era manifiesta por parte de los separatistas. A pocas semanas de las elecciones del 10-N, los irredentos, con Tsunami Democràtic al frente, trataron de sembrar el caos por carreteras, calles e infraestructuras estratégicas, como el aeropuerto y la estación de Sants.
UN EX COLUMNISTA DEL PAÍS ANIMA A LA ABSTENCIÓN
Uno de los más escuchados de este movimiento es Ramón Cotarelo, quien fuera columnista de cabecera de El País y ahora pastor del rebaño separatista. A su juicio, la abstención infunde «miedo» entre los partidos del ‘establishment’, más que el voto nulo o blanco, que cuenta como voto. «Si la motivación es política, los tres tienen el mismo efecto: castigar a los partidos de los estafadores». Otros son más ingeniosos y muestran la abstención con una imagen de personas disfrutando de un día de Sol y playa.
El núcleo duro del movimiento lo justifica como la «insumisión» al sistema. «Es el momento de decir no al 155» y «preparar el próximo 11 de septiembre como el día de la ruptura con un Estado extranjero». «Alcanzar una abstención del 51% es un referéndum de facto», aseguran. En Cataluña ha habido porcentajes de participación muy bajos en algunas elecciones, con récord en las autonómicas de 2021, con una participación de tan sólo el 53,52%.