El dirigente de Ciudadanos y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, ha dicho este martes, tras reunirse en el Palacio de la Moncloa con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, que, aunque Cs siga siendo «un partido de oposición», se mantendrán abiertos los canales de interlocución con el Ejecutivo para acordar medidas frente a la crisis del coronavirus y su impacto económico y social. Por ello, han decidido que habrá un nuevo encuentro en julio.
En la reunión, que ha durado unas dos horas, también han participado la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, el secretario de estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla, y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños. Por parte de Cs, han asistido la secretaria general, Marina Bravo, el vicesecretario primero, Carlos Cuadrado, y el vicesecretario adjunto, José María Espejo.
Bal ha explicado que la conversación ha sido «cordial y fluida» y se ha centrado en repasar las exigencias de la formación naranja en los pactos firmados hasta ahora a cambio de su apoyo a las seis prórrogas del estado de alarma, tras lo cual ambas partes han concluido que «los acuerdos se han cumplido».
De cara al futuro, «los canales de interlocución siguen abiertos» para seguir acordando medidas y «nos hemos emplazado a una nueva reunión en julio», ha declarado en una rueda de prensa telemática en la sede del partido.
COMISIÓN DE EVALUACIÓN
Además, el diputado de Ciudadanos ha celebrado la intención del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de poner en marcha una comisión de evaluación en el Congreso sobre la gestión de la crisis sanitaria. A su juicio, será «esencial para el diagnóstico de los errores» cometidos y para mejorar la respuesta si se repitiera una situación similar.
En relación con el plan que el Gobierno debe preparar para atajar posibles repuntes en el contagio del coronavirus, Bal ha recordado que esta fue una de las exigencias de Cs a cambio de respaldar el estado de alarma en la Cámara Baja y que ya han participado en la elaboración del real decreto ley aprobado el pasado martes por el Consejo de Ministros.
Ahora se trata, según ha dicho, de «no dar pasos atrás» en el control del virus y mantener las medidas de seguridad sanitaria, estableciendo un marco legislativo gracias al cual «no haga falta» imponer nuevamente el estado alarma «si no viene una epidemia muy fuerte».
REFORMAS LEGISLATIVAS ANTE REBROTES DEL VIRUS
Para ello, el Gobierno ha dicho a Cs que estudiará la posibilidad de reformar leyes sanitarias o administrativas con el fin de «generar herramientas jurídicas potentes» que permitan actuar frente a un rebrote localizado en un lugar –como se hizo al confinar a la población de Igualada (Barcelona) el 13 de marzo– o frente a una epidemia extendida en todo el país, según ha detallado.
En este sentido, ha afirmado que «la única posibilidad» para imponer el confinamiento generalizado de la población española es el estado de alarma, pero que será necesario establecer distintos «escalones de respuesta» y aplicar uno u otro en función de cómo evolucione la epidemia.
Bal ha defendido la postura de la formación naranja y sus pactos con el Gobierno de Pedro Sánchez, afirmando que le seguirá «tendiendo la mano» pensando siempre en «el interés general» de los españoles.
Ciudadanos es, según ha dicho, una formación «responsable» que hace «política útil» y «huye de la bronca, las trincheras y el guerracivilismo» que cree que se ha instalado en los debates en el Congreso, y espera que el Gobierno haga lo mismo y «se deje de debates ideológicos, sectarismo, dogmatismo y populismo».
Y, aunque ha señalado que «reunirse en democracia es obligatorio», con más motivo en una situación como la actual, ha recalcado que Cs sigue siendo «un partido de oposición» y que no dejarán de denunciar los errores que cometa el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos.
«No somos socios de este Gobierno», que «nos parece malo para España», ha asegurado Bal, añadiendo que, ante una nueva votación de investidura de Sánchez, una moción de censura o una cuestión de confianza, Cs volvería a oponerse a este gobierno de coalición.
Además, ha negado que el partido haya cambiado su postura desde que lo lidera Inés Arrimadas. Ha indicado que, aunque Albert Rivera rechazó inicialmente facilitar la investidura de Sánchez, después le ofreció una «solución de Estado» para evitar las elecciones de noviembre y el candidato socialista la rechazó.
TAMBIÉN PUEDE HABER CONTACTOS CON PODEMOS
En cuanto a posibles contactos con miembros del Gobierno que pertenecen a Podemos, Bal ha afirmado que Cs ya mantuvo un encuentro con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y su equipo, en la cual aceptaron muchas de sus propuestas, y que «esa puerta sigue abierta» de cara a negociar más medidas.
«No vamos a tener ningún tipo de prejuicio a la hora de sentarnos» con ellos «si se trata de buscar soluciones razonables», ha agregado, destacando que Díaz rechazó públicamente la opción de derogar íntegramente la reforma laboral pese al acuerdo que su partido y el PSOE alcanzaron con Eh Bildu.
Sobre la posibilidad de negociar los próximos Presupuestos Generales del Estado, el dirigente de Cs ha dicho que este asunto no se ha tratado durante el encuentro en la Moncloa y que, según se ha publicado en prensa, el Gobierno se plantea no presentar este año unas nuevas cuentas.
EL «ENFADO» DE ERC Y PNV
Por último, el portavoz parlamentario de Ciudadanos ha celebrado que socios de investidura de Sánchez como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se pongan «muy nervioso» ante los acuerdos entre el Gobierno y Cs.
En las negociaciones, el partido naranja ha reclamado y seguirá reclamando que se respete la «igualdad» de los españoles en todo el territorio nacional, que «no haya privilegios para los independentistas o los nacionalistas» y que «no haya hechos identitarios que hagan que determinados españoles se sientan mejores que otros», según ha declarado.
«Estas cosas les enfadan, y eso es que Ciudadanos lo hace bien», ha resaltado.
Respecto a los pactos que el Ejecutivo ha alcanzado con fuerzas nacionalistas –como la reactivación de la mesa de diálogo sobre Cataluña, la derogación de la reforma laboral o la gestión del ingreso mínimo vital por parte del País Vasco y Navarra–, ha dicho que son «nefastos», pero que tampoco los han abordado en la reunión.
Se trata de negociaciones «vergonzantes» que, al contrario que las mantenidas por Ciudadanos, no buscan abordar «los problemas reales» de los españoles, como la crisis sanitaria y sus consecuencias, ha añadido.