La magistrada del Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia que investiga presuntas irregularidades cometidas en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha procesado a su entonces directora Consuelo Ciscar por presuntamente aprovecharse de la institución para promocionar la carrera artística de su hijo, Rafael Blasco, conocido como ‘Rablaci’.
Se trata de la pieza principal del caso IVAM y, junto a Ciscar, también se ha encausado al propio artista ‘Rablaci’, a un empresario y a tres exdirectivos o empleados del IVAM: el ex director económico administrativo, Juan Carlos Lledó; el ex director de Publicaciones y Acción Exterior, Norberto Martínez; y una funcionaria. En cambio, ha archivado las diligencias para otros cinco investigados.
Existe una segunda pieza de este procedimiento en la que se ha investigado un presunto fraude millonario con la adquisición de reproducciones de obras del escultor fallecido Gerardo Rueda. Por estos hechos, que esperan fecha de juicio, fueron procesados a finales del pasado año Consuelo Ciscar –para quien Fiscalía pide seis años de prisión–, Lledó y el hijo y heredero del artista, José Luis Rueda.
Este nuevo auto, que cierra la fase de instrucción de la pieza principal abierta en 2015 tras una denuncia de Fiscalía Anticorrupción, señala que los hechos podrían ser constitutivos, en relación de concurso medial, de delitos continuados de malversación, prevaricación administrativa, cohecho y falsedad de documento oficial.
Consuelo Ciscar ha mantenido durante toda la instrucción que no utilizó los recursos del centro de arte para promocionar la carrera de su hijo porque tanto la trayectoria en el mundo del arte de ‘Rablaci’ como la suya propia eran «excelentes».
Sin embargo, la magistrada difiere. Según consta en su resolución, Ciscar se aprovechó de su «posición de superioridad como directora gerente del IVAM» e hizo un «uso personal» de esta institución pública para «construir y promocionar la carrera artística de su hijo».
Lo hizo, de acuerdo con la resolución, a través de dos vías. La primera pasaba por usar trabajadores y dinero del museo para destinarlo a esos fines. La segunda consistía en conceder servicios o comprar obras de arte con cargo a los fondos del IVAM a entidades o artistas coincidiendo con exposiciones y/o edición de catálogos de ‘Rablaci’, hijo también del exconseller de Solidaridad y exportavoz del PP en Les Corts Rafael Blasco, condenado por el caso Cooperación.
Así, el auto, que puede ser recurrido tanto en reforma como en apelación, enumera múltiples correos electrónicos intervenidos durante la investigación «que indican que a las órdenes de la señora Císcar varios trabajadores del IVAM prestaron sus servicios para la construcción y/o promoción de la carrera artística de su hijo».
Los trabajadores prestaron esa colaboración entre los años 2008 y 2010 en distintas áreas como las relaciones institucionales, la confección de currículos de ‘Rablaci’ o la edición y traducción de catálogos y textos. Igualmente participaron en la organización de exposiciones y del transporte de sus obras de arte, fundamentalmente esculturas y fotografías, en países como Cuba, Méjico, Argentina o China, entre otros.
Uno de los encausados, un colaborador independiente del IVAM que redactaba en paralelo textos para las muestras del hijo de Císcar, fue designado en octubre de 2012 director de Publicaciones del museo, nombramiento en el que la magistrada aprecia una contraprestación a esos trabajos.
La resolución detalla también pagos con fondos del IVAM a entidades, críticos de arte o artistas que se vieron beneficiados mediante la compra o exposición internacional de sus obras, el comisariado de muestras o la contratación de publicaciones a cambio, presuntamente, de su colaboración en la promoción y la formación de la carrera artística de ‘Rablaci.
ADJUDICACIONES «IRREGULARES»
El auto recoge multitud de adjudicaciones «irregulares» de servicios por parte de la cúpula directiva del IVAM a distintas sociedades de un empresario a cambio de que realizaran el transporte y montaje desmontaje de las exposiciones del hijo de la ex directora gerente de la institución.
Igualmente, dedica una mención específica a la exposición itinerante de la obra de Rablaci ‘Materia y Espíritu’ en Asia, coincidiendo con exposiciones de fondos del propio IVAM, y concluye que ello no habría sido posible sin la colaboración de una delegada de la SGAE en ese continente, a cuyo marido el museo valenciano había contratado por 284.000 euros sin expediente alguno de licitación.
«La política de expansión internacional de la colección del IVAM o de obras de artistas individuales asumiendo el Instituto todo el coste que ello implicaba y que fue adoptada de una manera unilateral por la señora Císcar permitió que su hijo tuviese una proyección internacional como artista –y ello cuando el mismo contaba con la edad de 20 años sin haber finalizado sus estudios de Bellas Artes–«, apunta la instructora.
De este modo, ‘Rablaci’ pudo exponer en el extranjero o en lugares cercanos a las exposiciones del IVAM y en momentos temporales iguales o próximos. En ambos casos, los transportes, sufragados con fondos públicos, fueron asumidos por la empresa Logística del Arte S.L.