El diario británico The Telegraph desveló en pleno confinamiento que Felipe VI era uno de los beneficiarios de una cuenta regada por 65 millones de dólares presuntamente relacionados con una mordida que obtuvo Juan Carlos I tras su mediación del ruinoso AVE a La Meca.
La monarquía española, en mínimos de reputación y azuzada por la inacción que se le presumía en plena pandemia, pasó al contraataque de la mano de Jaime Alfonsín, jefe de la Casa de Su Majestad el Rey.
Este abogado del Estado en edad de prejubilación coordinó un comunicado en el que Felipe VI aseguraba que había renunciado a su herencia y en el que se confirmaba que Juan Carlos I era considerado ‘culpable’ por Zarzuela al quedarse sin asignación pública.
Felipe VI habló en televisión, sin atreverse a mencionar el asunto ni a explicar por qué calló durante un año sobre su envenenada herencia, y Alfonsín le diseñó una agenda que le sacó de Zarzuela hasta Mercamadrid, donde repartió guiños y ‘codazos’ de saludo.
LA PRENSA Y FELIPE VI
El siempre monárquico ABC denunció que Felipe VI estaba siendo víctima de una campaña gubernamental de silencio ya que Televisión Española, eternamente presta a Zarzuela, no informaba por La 1 de sus actos.
Un mensaje más explícito lanzó Zarzuela a través de un panegírico de El País Semanal en el que se intentaron despejar incógnitas sobre la cuenta suiza. ¿La principal? Felipe VI tardó un año en hablar sobre el tema de la herencia porque hasta marzo de 2020 no tuvo constancia documental de un asunto que le había llegado a través de mensajeros relacionados con Corinna.
ACORRALADOS
La última hora, medio nacido al calor de Unidas Podemos, ha acrecentado sus críticas contra la monarquía y ha propagado ‘El virus de la corona’, que fue un documental crítico de la tele vasca ETB sobre la Casa Real, alarmada con que Corinna denunciase que está sufriendo una «campaña franquista» que incluye «amenazas» y una «vigilancia constante» del CNI.
Los partidos nacionalistas del Congreso ya se están apresurando en exigir una comisión parlamentaria y en preguntarse en público si Felipe VI sabía sobre las andanzas económicas de su padre o era como su hermana con los negocios de Urdangarin.
La Fiscalía del Supremo parece demostrar que se ha roto la impunidad de la familia Borbón y se encuentra investigando a Juan Carlos I por presunto fraude fiscal y blanqueo, aunque no parece factible que el emérito sea llamado a declarar.
LAS TELES, EN SILENCIO
Felipe VI sabe que gran parte de la prensa en papel y todas las televisiones no están poniendo a la monarquía como objeto de debate. El rey ha heredado el confort mediático de su padre, ahora acorralado por la investigación de La Tribuna de Suiza, la Fiscalía, Unidas Podemos, parte del PSOE, las fuerzas nacionalistas periféricas y algunas teles autonómicas como TV3 y ETB.
ETB contó hace unos días con el testimonio de Juan Luis Galiacho, que aseguró que existe un libro de memorias de Manolo Prado y Colón de Carvajal sin publicar. Esta obra en realidad se trata de ‘Una lealtad real’, que fue publicada en otoño de 2018 por Almuzara.
La editorial de Manuel Pimentel lo publicó con su habitual respeto a la corona y sin provocar ningún tipo de polémica. Sí que levantaron grandes polvaredas otras obras literarias firmadas por Jesús Cacho, Ana Romero, Alberto Lardiés, Pilar Urbano, Pilar Eyre o Rebeca Quintáns.