José Luis Escrivá no tiene freno en su enésimo castigo a los autónomos societarios, independientemente de su nivel de ingresos. El nuevo sistema ideado por el Ministerio de la Seguridad Social obliga a todos los autónomos a incorporarse al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), incluidos los que facturen una cantidad inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que hasta ahora estaban exentos de darse de alta en la Seguridad Social, ahorrándose así más de 3.500 euros.
«No se va a librar ni uno solo de pagar», afirman fuentes de varias asesorías y gestoras, que se están empleando a fondo entre la Campaña de la Renta 2023 y el cierre semestral para abonar el IVA correspondiente de los clientes.
Sin embargo, el nuevo estacazo que viene a partir de este 2023 exige a todos los trabajadores por cuenta propia pagar las cuotas en el régimen, sin diferenciar su nivel de ingresos. Hasta ahora, la modalidad permitía a estos trabajadores evitar el pago de las cuotas cuando éstos tenían ingresos bajos. Y es que, las cuotas alcanzarían casi el 30% de los ingresos cuando éstos eran de 1.000 euros.
LOS AUTÓNOMOS SOCIETARIOS DEJAN DE ESTAR EXENTOS
En el caso de un autónomo que ingresara 600 euros, la cuota correspondería casi al 50% de los ingresos, a los que habría que sumar la retención por IRPF en la factura, aunque ésta sería devuelta después por la Agencia Tributaria.
Escrivá elimina así la única alternativa que tenían los autónomos societarios para evitar el pago de la cuota a la Seguridad Social
Escrivá elimina así la única alternativa que tenían los autónomos societarios para evitar el pago de la cuota a la Seguridad Social, a pesar de que el Tribunal Supremo sentara jurisprudencia al respecto. Estos autónomos podrían aplicarse hasta ahora la tarifa plana, según dictaminó el Alto Tribunal en un fallo de 2019, disfrutando así de una baja cotización, que alcanzará los 80 euros, subiendo después a 160 en el siguiente año al que estén dados de alta y los dos siguientes. De esta forma, quienes pagaron de más podrían reclamar al ente público la diferencia abonada con una retroactividad de cuatro años.
Para enmendar la sentencia del Tribunal Supremo, Escrivá ha ideado un perverso sistema de cuotas, que ahoga aún más a un colectivo en caída libre desde el estallido de la crisis de 2008. El número de autónomos ha descendido con fuerza año tras año, pero el Gobierno del PSOE de Pedro Sánchez sigue empeñado a acabar con ellos para cubrir el agujero del esquema piramidal de las pensiones.
Y es que, por la probabilidad de quiebra del sistema es aún más elevada con cada reforma. Lejos de pinchar la burbuja y acometer la dura y necesaria remodelación, el Gobierno insiste en cargar el peso en la parte trabajadora, donde los autónomos, sin poder de negociación, son los peor parados. Los funcionarios, además, perciben subidas de sueldo que el sector privado no puede asumir.
ELEVAR LAS COTIZACIONES A LOS AUTÓNOMOS PARA TAPAR EL AGUJERO DE LAS PENSIONES
Para sufragar estos incrementos, el Gobierno ha elevado los impuestos en todos los ámbitos, mientras los autónomos tendrán que soportar el mayor peso al cotizar por los ingresos, sin tener en cuenta los gastos, pese a realizar su actividad como empresas. El perverso sistema aprobado para los autónomos obliga así a cotizar en función de los ingresos reales, sin tener en cuenta la serie de gastos que conlleva la actividad económica. De tal forma, que las cuotas pasarían de los más de 3.500 euros anuales a los 6.500 euros, todo ello, en el mejor de los casos. Para un autónomo societario que cobrara 1.000 euros, estas cuotas supondrán cerca de uno de cada tres euros ingresados en caja.
Con la nueva reforma de Escrivá, la cuota mínima para este año es de 234,53 euros mensuales, unos 2.814 euros anuales. En ningún caso hay bula de la Seguridad Social para evitar este pago, que estaba exento hasta 2022, una situación que deja en una manifiesta indefensión a estos trabajadores por cuenta propia. Está por ver si el Tribunal Supremo vuelve a fallar en favor de este castigado grupo.
TRAMOS MÁS DUROS PARA LOS AUTÓNOMOS
Los nuevos tramos en función de los ingresos estipulan una base mínima de 751,63 euros para quienes facturen menos de 670 euros mensuales, mientras que aquellos que obtengan entre 670 y 900, se les aplica un mínimo de 849,67 euros. Para los que cobren menos de 1.166,70, la base mínima es de 898,69 euros al mes.
En España, la mayoría de autónomos no llega a ese salario mínimo, una brecha que resiente después en la pensión. Sin embargo, el Gobierno ha preferido cargar más sobre los trabajadores por cuenta propia. Cabe señalar que la facturación incide directamente en el pago de impuestos.
Por norma, el 50% de lo ingresado va destinado a impuestos y seguros, es decir, un autónomo debería ingresar brutos más de 2.000 euros para poder cobrar el salario mínimo, además de afrontar los gastos corrientes propios de la actividad, un montante que no abonan los trabajadores por cuenta ajena, como la electricidad, combustibles, vehículo, teléfono… Al estar obligatoriamente en el RETA, los autónomos tienen derecho a distintas coberturas, como accidentes laborales, incapacidad, maternidad, desempleo y jubilación.