Pedro Sánchez busca hundir al campo español, independientemente de su ubicación y singularidad geográfica. El Gobierno del PSOE, con el inestimable apoyo de Podemos, trata de subvencionar a los agricultores y ganaderos que cesen su respectiva actividad. De esta manera, el Ejecutivo socialista exige el abandono definitivo del cultivo de viñedos, producción lechera o cultivo de peras, nectarinas, melocotones, remolacha azucarera y caña de azúcar para acceder a las subvenciones de la Política Agraria Común.
Asimismo, los propietarios que arranquen las plantaciones de manzanos y plataneras también tienen acceso a dinero público. Además, el Ejecutivo se ha comprometido a dar nuevas ayudas a los regímenes en favor del clima y del medio ambiente. Todo ello con la intención de reducir la tierra de cultivo y la ganadería, mientras los fondos de inversión están acaparando cada vez más una mayor superficie.
Pedro Sánchez continúa con la muerte del campo, iniciada por Felipe González
El objetivo es cumplir con la denominada Agenda 2030, un suicidio colectivo para el sector primario, donde España era hasta ahora una potencia europea sin parangón, la huerta de Europa se denominaba a la zona de Almería, pero poco a poco los propietarios y la inversión española se ha adentrado en Marruecos, con unas condiciones menos exigentes a las de la UE y sin tantas trabas a la hora de producir.
LA AGENDA DE SÁNCHEZ Y GONZÁLEZ ELIMINA AL CAMPO ESPAÑOL
La agenda globalista de la UE busca eliminar literalmente el cultivo en el Viejo Continente. Los agricultores holandeses y alemanes ya se han puesto en pie de guerra, mientras que en España los tractores han cortado las carreteras. En otros sectores, como la industria, la situación no es tampoco favorable con el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha visto como empresas como Nissan han salido del país. Cada vez más empresas buscan refugio en países sin esta Agenda 2030 encima de la mesa y en las leyes.
Si bien es cierto, esta política de tierra quemada a cambio de un buen dinero público no es de ahora. La inició el Gobierno socialista de Felipe González durante el final de su primera y principio de su segunda legislaturas. Todo ello en una situación muy compleja y difícil de digerir, con el bloqueo y la caída de la producción en Ucrania, granero de Europa; así como la subida de precios. Asimismo, las frutas y hortalizas españolas están siendo desplazadas en los lineales de las grandes superficies, con un mayor precio desde mediados del pasado 2021.
A diferencia de las medidas aprobadas en estos últimos meses, las del histórico líder socialista eran de carácter «voluntario», siguiendo así los preceptos de la antigua Comunidad Económica Europea (CEE). En 1991, el consejo contempló las modalidades de cese de la producción lechera y concedía a España una ayuda para «el establecimiento de un plan cofinanciado con vistas a la mejora de la estructura productiva de nuestras explotaciones».
DECRETOS FIRMADOS POR EL PEOR MINISTRO DE ECONOMÍA DE ESPAÑA
Asimismo, el Gobierno de González seguía así las premisas de Bruselas, tal y como hace ahora el Ejecutivo de Sánchez, para abandonar la producción a cambio de una «indemnización comunitaria», un montante calculado en el extinguido «ecu», cuyo valor unitario era entonces 155,786 pesetas, poco menos de un euro.
Curiosamente, el Gobierno de Pedro Sánchez dejaba fuera de estas ayudas a la producción lechera en Ceuta y Melilla, así como en Canarias. Todo ello, por la «necesidad de reordenación del sector productor de leche, con una elevada proporción de explotaciones escasamente viables económicamente», según rezaba el decreto firmado por el otrora peor ministro de Economía de la historia democrática de España, Pedro Solbes.
En este sentido, el Gobierno de González ofrecía una sustanciosa cantidad de seis ecus anuales por cada 100 kg de leche o equivalente en leche durante los siguientes siete años consecutivos. Las ayudas se elevaban entonces a 7,5 ecus anuales si se eliminaba la producción de 100 kg de leche o equivalente durante cinco años.
SÁNCHEZ SIGUE LOS PASOS DEL HISTÓRICO DEL PSOE
Para beneficiarse de estas ayudas europeas, el productor debía «abandonar definitivamente la producción lechera a más tardar el 31 de marzo siguiente a la fecha de aceptación de su solicitud». La indemnización máxima pasaba por la eliminación de 270.000 toneladas de leche, unos 15 millones de euros en total.
De esta manera, Pedro Sánchez continúa con la muerte del campo, un objetivo fijado desde hace casi cuatro décadas y cuya agenda se cumple año tras año. La realidad en la agricultura en España es que cada vez hay menos agricultores y una menor superficie de cultivo, mientras los fondos de inversión ven una fuerte rentabilidad bruta.
Sin embargo, esta ganancia es sólo relativa. Las inclemencias del tiempo, como los dos últimos años de sequía, así como un menor precio por los productos y mercancías producidos provocan serios desequilibrios en la cadena de producción.
De hecho, hay casos en los que no sale rentable recoger la cosecha debido también a la irrupción de la misma mercancía procedente de otros países de fuera de la UE, como ocurre con sandías y naranjas. En otros casos, el sector español se enfrenta a boicots, como el de las fresas de Huelva y Alemania debido a un tuit de Pedro Sánchez. Con todo, el presidente del Gobierno insiste en hundir a la fruta española en detrimento de las venidas de fuera de la UE.