El pasado 28M fue un día grande para el Partido Popular… en quince de las diecisiete autonomías. Y es que la derrota in extremis en Castilla-La Mancha y los decepcionantes números de Navarra evitaron un pleno de celebraciones.
Especialmente doloroso fue el resultado en Castilla-La Mancha por la segunda derrota del ‘casadista’ Paco Núñez frente a Emiliano García-Page, quizá el barón socialista con mayor sintonía con Alberto Núñez Feijóo.
Pese a ello, Núñez embarró la campaña mediante el paseo de autobuses en los que relacionaba al presidente autonómico con Arnaldo Otegi y medios afines a él intentaron reventar la campaña desvelando detalles de la vida sentimental de García-Page, que volvió a ganar por mayoría absoluta.
Núñez aseguró que la realidad era que «los castellano-manchegos han hablado y han optado por una mayoría absoluta del Partido Socialista» y se felicitó por el avance municipal del PP, que ganará en cuatro de las cinco capitales de provincia.
El PSOE solo salvará Cuenca tras haberse distanciado de Pedro Sánchez, con el que García-Page ni siquiera se dirige la palabra, o con Euskal Herria Bildu, coalición a la que el candidato socialista despreció en campaña.
DECEPCIÓN EN NAVARRA
El PP navarro tampoco tenía que celebrar pese a que su líder, Javier García, fue el candidato navarro más exultante a pesar de que los 6 parlamentarios que esperaba lograr se quedaron en apenas 3. «Hemos mejorado la representación un 50%», llegó a decir ante la sorpresa de muchos de sus compañeros.
García, que liderará un grupo parlamentario de apenas 3 representantes, también elevó el tono en campaña al fotografiarse junto a un cartel que tildaba de «traidores» a Pedro Sánchez y la presidenta navarra María Chivite.
Pese a ello, Génova 13 cuenta con cierta confianza respecto a García, ya que el PP navarro apenas cuenta con estructura tras su divorcio con UPN. Harina de otro costal es el trabajo realizado en Castilla-La Mancha, ya que hay voces que dudan sobre el futuro de Núñez.
EN NAVARRA, AGUA
El divorcio autonómico entre UPN y PP tendrá consecuencias estatales, ya que ambas formaciones competirán en las urnas en unas generales por primera vez. Los regionalistas, según los ‘populares’, les comunicaron «su negativa a concurrir en coalición».
El líder de UPN, Javier Esparza, señaló este miércoles que «en el PP saben que, en tres días, que es el plazo que queda, era prácticamente imposible convocar a nuestros afiliados, tal y como recogen los estatutos de UPN, para consultar si quieren o no ir en coalición a las próximas elecciones generales y, en su caso, para plantear una negociación de las hipotéticas listas».
Asegura que pese a ello estaban «dispuestos a valorarlo y, sin haber dado una respuesta por nuestra parte, hoy leemos en el periódico El Mundo unas declaraciones del Partido Popular en Navarra en las que se afirma que ‘no habrá coalición'».
Esparza, batallando por el relato con un recorte de prensa como herramienta, asegura que «lo ocurrido nos lleva a concluir que lo único que el PP está buscando es culpar a UPN de que no se haya llegado a un acuerdo, pero está claro que los hechos desmontan esa acusación».
UPN recuerda que «en diciembre del año pasado el presidente del Partido Popular en Navarra, Javier García, descartó un acuerdo con UPN para concurrir juntos a las elecciones generales de 2023. Y este mismo lunes el portavoz de la campaña del PP, Borja Semper, también manifestó que su partido no tenía prevista ninguna coalición para las elecciones generales del 23 de julio».
Los regionalistas dicen estar «en contra de las pretensiones del Partido Popular de erigirse en referente del centro derecha en Navarra, las pasadas elecciones forales y municipales han dejado claro que UPN es el único partido capaz de aglutinar a la mayoría de los votantes del centro derecha en Navarra, como lo demuestra que UPN quintuplicó el número de parlamentarios del PP y obtuvo casi 70.000 votos más».
Pese a ello, explica Esparza, «más allá de las provocaciones del PP, los diputados que obtenga UPN darán su voto a Alberto Núñez Feijóo si se presenta a la investidura para que sea el próximo presidente de España, pese a que el PP ya dijo que estaba dispuesto a hacer presidenta de Navarra a María Chivite».
UPN, que podría estar liderada en el Congreso por el senador Alberto Catalán, anuncia que «se presenta a las elecciones generales del 23 de julio para competir y aglutinar de nuevo el voto del centro derecha en Navarra con el objetivo de ser la primera fuerza política en esta tierra y que no lo sea ni el Partido Socialista ni EH Bildu».
«Apoyar a UPN es la única manera de que en Navarra no se pierdan diputados del centro derecha que puedan hacer presidente de España a Núñez Feijoo y para que la Comunidad foral tenga unos diputados y unos senadores que la defiendan en Madrid y no se plieguen a los intereses de los partidos nacionales», asegura.
Finalmente, el PP y UPN acercaron posturas, pero los primeros se negaron a que los regionalistas se quedasen con los dos diputados que la candidatura podría lograr al Congreso.