La Agrupación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada (AMANDA) han enviado este viernes un comunicado a los partidos políticos para que, de cara a sus programas para las elecciones del 23 de julio, eviten las políticas que faciliten la autodeterminación de género.
Según señalan en el texto, las elecciones autonómicas y municipales «se han visto sacudidas por el rechazo de cada vez más ciudadanos hacia las medidas políticas encaminadas» a dicha autodeterminación que, a su juicio, «amenaza con dañar seriamente a la infancia y la juventud y borrar a mujeres y niñas del espacio público».
AMANDA pide a todo el arco parlamentario que se informe de forma pormenorizada de la existencia del fenómeno conocido como Disforia de género de inicio rápido por contagio social (DGIR) de su incidencia y de sus consecuencias, así como del impacto negativo, tanto de las leyes autonómicas como la ley Trans nacional.
Además, la propia entidad, según ha destacado, ha hecho llegar a las formaciones las consecuencias que leyes similares han tenido en países del entorno que «se han resuelto en su posterior marcha atrás y modificación».
Del mismo modo, ha advertido de que «todos aquellos partidos políticos que opten por el mantenimiento de leyes y protocolos sanitarios y educativos que dañen a sus hijas e hijos y que no promuevan la coeducación, sino el mantenimiento del sexismo, no podrán obviar su responsabilidad». «Todos los partidos políticos, de todo el territorio, tienen la información necesaria para evitar ese daño», han advertido.
Pero, además de evitar estas políticas, AMANDA propone la publicación de datos oficiales del sistema educativo y sanitario en relación con el incremento de la disforia de género, la revisión de los protocolos de atención y la legislación vigente «basándose en la evidencia científica y no en principios tan etéreos e inseguros jurídicamente como la autodeterminación de la identidad de género», que los profesionales de la salud mental puedan realizar su trabajo sin interferencias, y que la espera atenta y la terapia de exploración sean la primera opción.
Además, llaman a que se proteja a los padres y que se considere que la negativa a aceptar la autoidentificación de los menores no suponga que se está produciendo una desprotección por parte de los progenitores. «La prudencia nunca puede ser entendida como desprotección», han señalado.