El Papa ha pedido a los políticos suscitar «intenciones de paz» al tiempo que ha elogiado a los ucranianos y rusos que han decidido «no ser enemigos» durante la audiencia general de este miércoles.
«Un pensamiento agradecido hacia aquellos que, viniendo de Ucrania y de Rusia y de otros países en guerra, han decidido no ser enemigos, sino vivir como hermanos. Que vuestro ejemplo inspire intenciones de paz en todos, incluso en quienes tienen responsabilidades políticas», ha manifestado el pontífice tras la catequesis en la plaza de San Pedro en la que ha reivindicado la figura del padre Matteo Ricci, el jesuita que llevó el cristianismo a China.
Francisco ha hecho un llamamiento para «rezar más por la querida y atormentada Ucrania» tras pedir que se despierten en todos «propósitos de paz».
Sobre Ricci, el pontífice ha constatado que su «secreto» fue la coherencia, la de «una personalidad que da testimonio con su vida de lo que proclama». «Después de haber estudiado en los colegios jesuitas y de haber entrado él mismo en la Compañía de Jesús, entusiasmado por los informes de los misioneros, como muchos otros jóvenes compañeros suyos, pidió ser enviado a las misiones del Extremo Oriente», ha manifestado Francisco que ha explicado que después del intento de Francisco Javier, otros 25 jesuitas intentaron en vano entrar en China.
«Pero Ricci y uno de sus cohermanos se prepararon muy bien, estudiando cuidadosamente la lengua y las costumbres chinas, y al final consiguieron establecerse en el sur del país. Tardaron dieciocho años, con cuatro etapas a través de cuatro ciudades diferentes, antes de llegar a Pekín, que era el centro. Con perseverancia y paciencia, animado por una fe inquebrantable, Ricci supo superar dificultades y peligros, desconfianzas y oposiciones», ha señalado el Papa.
Así, ha destacado su testimonio de vida religiosa, de virtud y de oración, su caridad, su humildad, así como «su total desinterés por los honores y las riquezas lo que indujo a muchos de sus discípulos y amigos chinos a aceptar la fe católica».
Para el Papa, esta es la «coherencia de los evangelizadores». «Y esto nos toca a todos los cristianos, que somos evangelizadores. Podemos decir todas las cosas que creemos, pero si tu vida no es coherente con esto, no sirve de nada. Lo que atrae a la gente es la coherencia. Los cristianos vivimos lo que decimos, y no pretendemos ser cristianos, pero vivimos como mundanos. La mayor fuerza de estos misioneros es la coherencia», ha agregado.
De este modo, ha señalado que el método misionero de Matteo Ricci es «un modelo vivo y actual» en el que la evangelización pone de manifiesto «la coherencia de vida» y «el testimonio de la vida de cristiano». «¿Soy coherente o soy un poco más o menos?», se ha preguntado.
El padre Matteo Ricci, ha recordado el Papa, «siguió siempre el camino del diálogo y de la amistad con todas las personas que encontró, y esto le abrió muchas puertas para anunciar la fe cristiana».
Francisco también ha destacado la «actitud de inculturación» de Ricci que para encajar en la cultura y la vida chinas ya que al principio «se vistió como los bonzos budistas, según la costumbre del país, pero luego se dio cuenta de que lo mejor era adoptar el estilo de vida y de vestir de los literatos, como los profesores universitarios. «Estudió a fondo sus textos clásicos, para poder presentar el cristianismo en diálogo positivo con su sabiduría confuciana y las costumbres de la sociedad china», ha rememorado.