El exjefe de la organización terrorista ETA Félix Ignacio Esparza se ha negado a declarar este martes ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga el atentado perpetrado contra la casa-cuartel de Santa Pola (Alicante) en 2002, esgrimiendo que no fue entregado por Francia por estos hechos.
Fuentes jurídicas presentes en la declaración han explicado que Esparza ha rechazado contestar a las preguntas del titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6, Manuel García Castellón, acogiéndose al denominado principio de especialidad.
Cabe recordar que Esparza, que había sido citado a partir de las 11.30 horas, ha comparecido por videoconferencia desde el Centro Penitenciario de Lanmezan, en Francia.
Por este caso la Audiencia Nacional condenó en 2012 a 843 años de cárcel a los etarras Andoni Otegi Eraso, ‘Iosu’, y Óscar Celarain Ortiz, ‘Peio’, al considerar probado «sin ningún género de duda» que fueron los autores materiales del atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola (Alicante), que la banda perpetró el 4 de agosto de 2002. Ahora, el magistrado investiga quiénes fueron los autores intelectuales de dicho atentado.
INFORMES DE POLICÍA Y GUARDIA CIVIL
El magistrado recibió el pasado mes de diciembre de manos de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional un informe policial en el que destaca el «control total» que ejercía la cúpula de la organización terrorista cuando tuvo lugar el ataque que se saldó con el asesinato de Silvia Martínez Santiago, de seis años, y de Cecilio Gallego Alaminos, de 57 años.
En su informe los investigadores hacen un repaso de las referencias que constan en la Policía sobre los seis líderes de ETA que permanecen investigados desde el pasado julio en este procedimiento: ‘Juanvi’; ‘Olga’; ‘Navarro’; Mikel Albisu, alias ‘Mikel Antza’; Ramón Sagarzazu, alias ‘Ramontxo’, y ‘Anboto’.
Ya el pasado octubre, la Asociación Dignidad y Justicia –que ejerce la acusación popular en la causa– remitió al juez un informe policial de 2014 en el que se destacaba también el «dominio total» que la cúpula de la organización terrorista tenía de «hasta el último de los peones asesinos» encargados de cometer los ataques.
A finales de noviembre, la Guardia Civil remitió al juez un informe en el que recoge un pormenorizado análisis de la actividad terrorista de ETA entre1994 y 2004: contaba con aproximadamente 1.000 militantes y llevaron a cabo 480 acciones terroristas con un total de 101 víctimas mortales.