Está convencida de que será una de las pocas consejeras que se quedará en Sol después de las elecciones de la Comunidad de Madrid. Y lleva tiempo tanteando la posibilidad de abandonar la consejería de Medio Ambiente, de la que es máxima responsable, para conseguir un destino mejor y dejar los mandos a Paloma Tejero, su número dos y viceconsejera de Medio Ambiente y Agricultura. Paloma Martín husmea en Presidencia, Justicia e Interior y en Sanidad, dos de las consejerías que quiere llevar para salir de una vez de ese área que no valora lo suficiente y sobretodo para dar ese salto que considera que debe dar para mejorar su situación política. El ser una de las pocas consejeras que permanecerá del lado de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, le ha dado alas para soñar con un sitio mejor. El problema es que lo dice más de la cuenta.
Sobre la llegada de Paloma Tejero, no sería un problema para nadie dado que Ayuso se plantea tirar de viceconsejeros para ocupar los espacios vacíos que quedarán con la salida de muchos de los actuales consejeros. Paloma Martín cree que debe crecer políticamente y no estancarse. De su etapa con Alberto Ruiz-Gallardón, de quien era una «asistente personal» cuyas competencias tampoco iban mucho más allá de tocar la correspondencia, a ser consejera hay un trecho. De hecho, fue Pablo Casado quien confió en ella después de que insistiera vehementemente para colocarla en un puesto de responsabilidad de la Comunidad de Madrid y ahora sueña con ser una de las «manos derechas» de Ayuso al hacerse con alguna consejería de peso, pero no las tiene todas consigo.
La obsesión de Isabel Díaz Ayuso y de Alfonso Serrano, secretario general del Partido Popular de Madrid, es que los que pretendan ser candidatos no hagan ruido y exhiban lealtad. Lo segundo lo tiene Paloma Martín, pero lo primero no ha sido especialmente conseguido. Son muchas las fuentes de Sol las que confirman que Paloma Martín lleva meses intentando salir de la Consejería de Medio Ambiente para conseguir otra que considera de más relevancia. Cuando Enrique Ruiz-Escudero, consejero de Sanidad, exhibió algo de debilidad política, fue la primera que se postuló para el cargo dejando caer en su entorno que ella podría ser la sustituta. Y ahora que se aproximan importantes salidas de Sol, Paloma Martín está deseando un cambio sustancial; pero en Sol hay serias dudas.
Las constantes llamadas de Díaz Ayuso a la discreción han hecho mella en algunos de los directores generales que esperaban colarse en las listas. La ley del silencio se ha impuesto. Y más la de la discreción. El problema es que Paloma Martín dejó claro en más de una ocasión que quería dar un salto interno para crecer a nivel político porque en la oposición incluso se ha comentado la posibilidad de que fuera una de las candidatas a sustituir a Isabel Díaz Ayuso si ésta diera el salto al PP nacional. Por supuesto, este discurso se ha quedado frío con la llegada de Feijoo, pero lo cierto es que se ha comentado más de una vez en el Partido Popular.
PALOMA TEJERO, LA NUEVA PALOMA MARTÍN
Con el auge de los viceconsejeros, muchos de los cuales ocuparán el puesto de sus anteriores jefes porque así lo ha querido la presidenta, Paloma Tejero espera ocupar el espacio que pretende dejar libre Paloma Martín, actual consejera de Medio Ambiente. Para Ayuso, pescar candidatos o nuevas caras de fuera no es algo que entre en el guion. Tanto es así, que pocos creen que vaya a verse un «fichaje estrella» en una consejería, sino que la mayoría vendrá de las viceconsejerías, que conocen bien cómo funciona la casa y que han demostrado su lealtad al partido y a la presidenta de la Comunidad de Madrid.