Los suboficiales de las Fuerzas Armadas se sienten ignorados por la Ministra de Defensa, Margarita Robles. El hecho de que los miembros del cuerpo militar no tengan derecho de huelga, a la negociación colectiva o a la adopción de medidas de conflicto colectivo, supone que no dispongan de la misma capacidad que tiene cualquier trabajador para reivindicar sus necesidades laborales. En este caso, estas «limitaciones» afectan a que su denuncia sobre la Ley de la carrera militar sigan siendo ignorada.
La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) ha reclamado las consecuencias que se desprenden del desarrollo reglamentario de la propia Ley que regula la trayectoria laboral militar y su formación. En este sentido, los suboficiales consideran de «tremendo error» su ejecución actual al no haber configurado titulaciones propias para adaptar la enseñanza y la instrucción al Plan Bolonia. Este colectivo asegura que «se pasó por encima de los suboficiales» y se eliminó la promoción interna, afectando directamente al funcionamiento de las unidades y a la formación de nuevos oficiales.
La ASFASPRO denuncia que no existen posibilidades de crecimiento interno. Asegura que mil suboficiales con titulación universitaria no se les ha dado ninguna oportunidad de promoción, y a su vez asegura que cientos de suboficiales en casi todas las unidades están ejerciendo funciones, cometidos y servicios de oficial. Sin embargo, como consecuencia de la falta de personal, se ha facilitado el acceso a la categoría de militar a las personas hayan obtenido el título universitario por la vía civil. Para el colectivo, esta decisión está relacionada con «la desigualdad y la arbitrariedad» presentes en todo el ámbito militar.
Además, la situación actual que viven los suboficiales tiene un efecto directo no solo durante su época en las Fuerzas Armadas, sino también cuando son «expulsados» del Cuerpo. En su época como personal de defensa, los suboficiales realizan una serie de especializaciones para poder llevar a cabo su trabajo. Sin embargo, cuando termina su vida militar, encuentran muchas dificultades para incorporarse a la vida civil porque no existe una convalidación de nivel superior correspondiente a la carrera académica que han realizado en las labores de Defensa. Sin embargo, el tiempo que están trabajando en el Fuerzas Armadas, su formación si se considera de superior y sus funciones corresponden con esta categoría.
Todo por la patria «para justificar las carencias»
El principal desgaste de estos trabajadores de las Fuerzas Armadas es el «chantaje emocional» que reciben por parte de los mandatarios. Aseguran que la respuesta del equipo de Margarita Robles a sus demandas es apelar a lealtad, la moral militar, la disciplina, la voluntad de vencer o el espíritu de lucha, pero que no reciben la materialización de todas esas ideas de forma descendiente. Su hastío se alimenta de la falta de reciprocidad por parte de los altos cargos y de sentir que están siendo tratados «con grandes dosis de clasismo y arbitrariedad».
Mientras que los suboficiales reclaman, una vez más, que hay que cambiar la Ley de la carrera militar, Margarita Robles ha intentado compensar sus exigencias de formación haciendo un acuerdo con la UNED para permitirles sacarse una carrera universitaria mientras forman parte de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, ellos reclaman que lo que necesitan es una convalidación de su experiencia y la posibilidad de crecimiento al puesto de oficial, destacando que existe un «continuo ninguneo sistemático».
El abandono de Margarita Robles a las Fuerzas Armadas
Esta no es la única reivindicación del personal de la Fuerzas Armadas que no es escuchada por Margarita Robles. Como consecuencia de la guerra de Ucrania, la OTAN ha exigido a los países miembros que su presupuesto en Defensa debe ser, como mínimo, el 2% del PIB nacional. Por eso, este ministerio ha aumentado su partida económica al rededor de un 25% para el 2023. Sin embargo, a pesar de este aumento significativo en la capacidad presupuestaria de Margarita Robles, no existe ninguna iniciativa interna para mejorar las condiciones laborales de los cuerpos de las Fuerzas Armadas.
Estos trabajadores destacan ser el cuerpo de las fuerzas de seguridad del Estado que menos cobra. Además, también añaden el abandono que sufren en cuanto a la provisión de viviendas militares, así como a las condiciones de las que sí están disponibles. En este sentido, los militares destacan el abandono por parte de la ministra que «mira hacia otro lado», mientras destina su presupuesto a la inversión en armamento y al envío de material militar de diversa índole a las fuerzas militares ucranianas.