miércoles, 27 noviembre 2024

Los diputados (y diputadas) desaparecidos de Ciudadanos

Ciudadanos tiene 32 diputados en el Congreso, pero, al ver las sesiones plenarias, cualquiera diría que tiene muchos menos. Albert Rivera ha decidido que el protagonismo se concentre en unos pocos y, además, que esos pocos sean en su mayoría hombres.

Mientras, una buena parte de los diputados y diputadas de la formación naranja han quedado en la sombra al no tener apenas intervenciones en el Pleno, centrando su labor en las distintas comisiones parlamentarias, mucho menos lucidas.

Aunque en grupos parlamentarios muy grandes, como el del Partido Popular, con 137 miembros, es normal que muchos de ellos no intervengan en el hemiciclo, en el grupo de Cs, bastante menos numeroso, resulta llamativo.

Según consta en la web del Congreso, es Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos, el diputado que más veces ha hablado en el Pleno –56 desde que comenzó la actual legislatura–, seguido de Albert Rivera, que suma 53, y del portavoz económico, Toni Roldán, con 42. Son, con diferencia, los principales protagonistas de Cs en los plenos, pero Francisco de la Torre, portavoz en la Comisión de Hacienda, tampoco se queda atrás, con 33 intervenciones.

Solo una mujer se cuela en el ’top 5’ de los diputados con más protagonismo en los Plenos de la Cámara Baja: Melisa Rodríguez, portavoz adjunta, que acumula 33 intervenciones y supera las 29 del secretario general del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez. Junto a Rodríguez, son la portavoz de Igualdad, Patricia Reyes, y la de Educación, Marta Martín, las parlamentarias a las que más se escucha en el hemiciclo, ya que la primera ha hablado en 27 ocasiones y la segunda lo ha hecho en 24.

Sin embargo, estas tres diputadas son la excepción. De los 32 miembros que forman el grupo parlamentario del partido naranja, solo ocho son mujeres, es decir, una cuarta parte. Esto lo convierte en el grupo con menos presencia femenina en los escaños del Congreso si se compara con el PP, el PSOE y Unidos Podemos, que tienen más de un 40% de mujeres en sus filas.

Pero es que, además, solo hay cuatro mujeres entre los 20 diputados de Ciudadanos que más veces han tomado la palabra en el hemiciclo del Congreso, y la cuarta, Marta Rivera, presidenta de la Comisión de Cultura, está muy lejos de ser una cara habitual en las sesiones plenarias, ya que tan solo ha realizado doce intervenciones desde que comenzó la legislatura hace algo más de dos años.

LOS DIPUTADOS DE CIUDADANOS QUE MENOS INTERVIENEN

Otro dato que se desprende de los registros de la web de la Cámara es que de los once diputados de Cs que menos veces han hablado ante el Pleno, con menos de ocho intervenciones cada uno, cuatro son mujeres. Se trata de Virginia Millán, diputada por Sevilla, Elena de la Faba (Barcelona), Irene Rivera (Málaga) y Sandra Julià (Castellón).

A Rivera nunca le ha gustado la idea de las cuotas de paridad –dice que solo generan “fotos que aparentan igualdad”–, así que probablemente no vea como un problema estas diferencias entre los diputados y las diputadas de su grupo.

En cualquier caso, la falta de un papel destacado en las sesiones plenarias es algo que afecta tanto a diputados como a diputadas, y no solo desde el punto de vista cuantitativo –escasas intervenciones–, sino también cualitativo.

El hiperliderazgo de Albert Rivera se pone de manifiesto también en el Congreso, donde se ha encargado de la presentación de cuatro de las nueve leyes impulsadas por Cs, mientras que las cinco restantes han sido defendidas, de nuevo, por hombres: Toni Roldán, Nacho Prendes, Toni Cantó y Francisco Igea.

Además, en estos dos años, una tercera parte de los diputados, ocho hombres y tres mujeres, nunca han tenido la oportunidad de defender en el Pleno mociones o proposiciones no de ley promovidas por Ciudadanos ni de plantear preguntas o interpelar a ministros. En este grupo repiten Virginia Millán, Elena de la Faba y Sandra Julià, junto a José Cano (Alicante), Francisco Javier Cano (Cádiz), José Luis Martínez (Murcia) o Diego Clemente (Almería).

Poco después de que la formación naranja hubiese obtenido representación en el Congreso, un artículo en el diario ABC daba voz a algunos diputados que, desde el anonimato, denunciaban que se sentían aislados en el grupo parlamentario, que no participaban en los procesos de toma de decisiones y que la dirección del grupo estaba “bunkerizada”. Dos años después, parece que muchos siguen estando en un segundo plano, pero puede que, a estas alturas, ya se hayan resignado a desempeñar ese papel.