El renacer de los viceconsejeros de Sol: Ayuso plantea nombres para sustituir a sus principales consejeros

La Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso sabe que volverá a gobernar. No es lo mismo que ocurre con José Luis Martínez-Almeida en la capital, donde aún hay dudas sobre qué pasará tras las elecciones. Para el PP de Madrid, Sol es un feudo absolutamente incontestable ue hay que renovar. El problema es que faltan caras y candidatos. Son muchos los consejeros que abandonarán la Comunidad de Madrid dejando huérfanas las consejerías. Fuentes del PP aseguran que Ayuso quiere sangre nueva. Lo curioso es que los augurios de Sol tienen claro que estos nuevos representantes serán quienes ahora ejercen de viceconsejeros. Ayuso no buscará fuera previsiblemente dado que ya tiene en casa perfiles leales a su causa.

Hay muchos consejeros que saldrán por la puerta de atrás. David Pérez, de Transportes; Carlos Izquierdo, de Transformación Digital; Enrique Ruiz-Escudero, de Sanidad; Enrique López López, de Presidencia, Justicia e Interior; Marta Rivera de la Cruz, de Cultura… Y todas estas áreas de gobierno quedarán huérfanas hasta que la directiva del partido decida quién debe cubrir esos espacios. En algunos casos, directamente se tirará de otros consejeros para cubrir nuevas plazas. Paloma Martín, de Medio Ambiente, lleva tiempo con el motor a ralentí a la espera de que le den un área de gobierno con más responsabilidad. Pero en la mayoría de los casos se tirará de viceconsejeros, tal y como cuentan fuentes solventes de la Comunidad de Madrid.

Solo Javier Fernández-Lasquetty, de Hacienda, Paloma Martín, de Medio Ambiente, y Enrique Ossorio, de Educación, aguantarán en la Comunidad de Madrid. El resto serán caras nuevas, presvisiblemente a falta de alguna sorpresa. Sobre los nombres que hay encima de la mesa para sustituir a los consejeros más reconocidos, aún se mantiene cierto secretismo, pero ya se han filtrado algunas de las ideas que sopesan en Sol para dar forma al nuevo gobierno (ya sea con mayoría absoluta o simple). Carlos Díaz-Pache, viceconsejero de Transportes, es uno de las llamadas a sustituir a un defenestrado David Pérez que ha salido mal parado por mantener intacta desde el principio su lealtad a Isabel Díaz Ayuso. Miguel Ángel García Martín (viceconsejero de Presidencia), por su parte, suena como posible sustituto de Enrique López y José Antonio Sánchez como sustituto de Carlos Izquierdo. Luego hay otros nombres como los de Carlos Daniel Martínez Rodríguez, viceconsejero de Cultura, o el de Fernando Prados Roa, que también están encima de la mesa.

AYUSO QUIERE GENTE DE CONFIANZA

Los viceconsejeros son la primera opción de Ayuso. Al menos es lo que deslizan desde su entorno. Sin embargo, son puestos demasiado golosos como para que no tengan demasiados novios y novias dentro del PP de Madrid. Ahora mismo, todo está en el aire, pero estos nombres están encima de la mesa y ya se han puesto manos a la obra para mantener un perfil completamente estoico ante los medios de comunicación para evitar que su nombre se queme. La buena noticia para ellos es que Isabel Díaz Ayuso quiere caras nuevas que sean de su confianza y que tengan conocimiento del área que manejan. La otra buena noticia es que su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, cada vez tiene menos capacidad de mando y decisión sobre la Comunidad de Madrid y ya se contempla que no continúe tras las elecciones. Y la tercera buena noticia es que Ayuso ya ha comentado en su círculo interno estos nombres como posibles sustitutos de los consejeros que salen.

Algunos de los que dejan la Comunidad de Madrid lo hacen sin galones, sin respeto dentro del Partido Popular y sin reconocimiento. Pero otros lo hacen con honores y con un futuro político más brillante de lo que muchos imaginan, como es el caso de Marta Rivera de la Cruz, actual consejera de Cultura y número tres en las listas del PP al Ayuntamiento de Madrid, un puesto que esconde mucho más de lo que aparenta. Pero en cualquier caso, todos abandonan la casa y dejan vía libre para muchas ambiciones. Lo que no quiere la presidenta es que se despierte una noche de los cuchillos largos que acabe por nuevos apuñalamientos y enfrentamientos internos. De esto ya han tenido más que suficiente con la guerra con Pablo Casado.