La pregunta de si desde el INSS Suelen quitar la incapacidad permanente absoluta es una de las más formuladas en los despachos de los graduados sociales y de los abogados especializados en litigios con ese organismo público.
Por eso, para aquellos que están interesados en el tema, pero no son expertos, vamos a aclarar en qué casos esto es posible.
Qué es exactamente una incapacidad permanente absoluta
Una incapacidad permanente absoluta es aquella que hace imposible objetivamente que el afectado pueda acometer cualquier tipo de tarea laboral.
Por lo tanto, el reconocimiento administrativo de este tipo de incapacidad lleva aparejada la extinción laboral del contrato de trabajo, lo que incluye, además de las correspondientes prestaciones sociales, el cobro del correspondiente finiquito laboral por parte del trabajador.
Algunos ejemplos
A modo de ejemplo, estas son algunas de las situaciones que, en estadios muy graves o avanzados, pueden ser causa suficiente para que el INSS reconozca que existe una incapacidad permanente absoluta:
- Los cánceres y linfomas.
- Las depresiones, las esquizofrenias y los trastornos bipolares.
- Los trastornos de etiología neurológica o degenerativa.
- Los trasplantes de ciertos órganos vitales, como puedan ser el hígado o el corazón.
- Las lesiones o secuelas incapacitantes producidas por traumatismo.
Diferencias con la incapacidad permanente parcial y total
La incapacidad parcial reconoce que un trabajador puede realizar su trabajo habitual, pero con la salvedad de que su rendimiento laboral se verá afectado. Esta disminución del rendimiento laboral no puede ser inferior al 33 %.
Por su parte, la incapacidad total es el reconocimiento oficial de que la persona afectada no puede realizar con la mínima eficiencia exigible ciertos trabajos concretos. Pero esto no excluye que pueda ser eficiente en otro tipo de ocupaciones laborales.
En ambos casos, el trabajador también tiene derecho a prestaciones sociales, pero siempre de menor cuantía que en el caso de la incapacidad permanente absoluta.
Casos en los que me pueden quitar la incapacidad permanente absoluta
En ocasiones, el afectado puede experimentar una mejoría o incluso una remisión del mal que ha motivado el reconocimiento de incapacidad.
Pongamos por caso el de un trabajador que ha sufrido un accidente y que no puede mover las manos ni los pies. Puede ocurrir que, con el tiempo, recupere una parte o el todo de la movilidad en el tren inferior, en el superior o en ambos.
Otro buen ejemplo es el de una persona con hernias discales totalmente incapacitantes que, tras una serie de operaciones quirúrgicas, experimenta una notable mejoría de su estado físico.
¿Suelen revocar la incapacidad permanente absoluta?
Pese a lo dicho en líneas anteriores, lo cierto es que no es tan fácil que eso ocurra. Son poco frecuentes las ocasiones en las que los servicios de revisión médica del INSS detectan mejorías susceptibles de modificar la calificación de este tipo de incapacidad. Pero esto no significa que no puedan darse casos.
Cuando eso pasa, y el afectado no está de acuerdo, la vía inteligente para anular la revocación es ponerse en manos de un graduado social o de un abogado altamente especializado en reclamaciones formales y en litigios judiciales con el INSS.