El director del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, ha adelantado que en la reapertura de la pinacoteca el próximo 6 de junio el aforo máximo para la colección permanente de la pinacoteca será de 1.200 personas, si bien en el caso de las exposiciones temporales quedará reducido a 100 visitantes, debido a la pandemia de coronavirus.
«La colección permanente no plantea problemas, son tres plantas y hay espacio, además de que no tenemos una obra como ‘El Guernica’ que concentre todo el público. Lo más problemático es la exposición temporal, donde sí se pueden producir aglomeraciones», ha señalado en una entrevista el director.
En concreto, Solana ha recordado que el espacio destinado a las exposiciones temporales alcanza los 600 metros cuadrados, «mucho más reducido» que el destinado a la colección permanente. En cualquier caso, el museo ha firmado un acuerdo con una compañía auditora para certificar que todos los protocolos se están implantando correctamente.
De cara a la reapertura, el museo incluirá medidas higiénicas como felpudos desinfectantes, mascarillas o la obligación de preservar distancia personal de 2 metros. Además, el servicio de seguridad está aleccionado para evitar las aglomeraciones y se llevará a cabo una «política de desinfección especialmente intensa».
El museo mantendrá las dos exposiciones temporales que ya estaban antes del confinamiento y que han sido prorrogadas: ‘Rembrandt y el retrato en Ámsterdam’, hasta el 30 de agosto y ‘Joan Jonas: Moving Off The Land II’, hasta el 13 de septiembre. «Somos el único museo que ofrece todo el menú», ha ironizado Solana.
Además, mantendrá sus horarios habituales, de martes a domingo, de 10.00 a 19.00 horas (las exposiciones se abrirán los sábados hasta las 21.00 horas) y los lunes, de 12.00 a 16.00 horas, únicamente la colección permanente y con acceso gratuito. También recomienda la adquisición de entradas a través de la página web o por teléfono.
Durante el confinamiento, Solana reconoce que se han tenido que hacer «muchas gestiones» para mantener el préstamo de obras –en el caso de Rembrandt, se han mantenido todas las que ya estaban antes del cierre–y de igual manera ha ocurrido con sus obras prestadas a otros museos –unas 70 en total–, que en su mayoría también seguirán en sus destinos.
De momento, la intención del museo es la de «mantener los planes» con la exposición ‘La Máquina Magritte’ del próximo 27 de octubre, una de las apuestas de este año del Thyssen. Además, se abrirá la tienda «aunque aún es una incógnita cómo va a funcionar: tenemos la referencia de la tienda web, que ha ido muy bien», ha señalado.
Solana ha señalado que todos los museos «han vivido situaciones parecidas», por lo que el entendimiento entre ellos «ha sido sencillo». También ha recordado los días previos al cierre. «La primera señal fue cuando cerró el Louvre, ahí ya estuvimos discutiendo pero es verdad que al principio no quieres cerrar inmediatamente. Fue el aviso y luego vino todo lo demás», ha destacado.
El director del Thyssen ha pasado la enfermedad del coronavirus aislado del resto de su familia en una habitación. Pese a explicar que la incidencia de este virus en los trabajadores del museo no ha sido alta, sí ha explicado que ha habido otros tres casos y que «uno de ellos ha sido un poco más serio».
Las estimaciones del museo se sitúan en torno a los 6-7 millones de euros de impacto negativo en sus cuentas anuales por el coronavirus. «No es solo los ingresos de taquilla perdidos de estos meses, sino la de eventos corporativos. Vamos a ver cómo de rápido recuperamos el pulso, espero que nos equivoquemos y en verano la gente vuelva», ha apuntado.
«Desde luego, no esperamos que este sea el mejor verano de nuestra historia. Los visitantes internacionales son un 60% de nuestro público y en verano es importante la presencia de turistas norteamericanos, franceses o asiáticos. En especial, soy pesimista respecto al turismo americano, sobre todo por cómo están ellos», ha añadido.
Respecto al papel del Ministerio de Cultura en esta crisis, ha lamentado que el sector haya sido «muy exigente y haya sobrereaccionado en algunos aspectos, pidiendo ayudas que luego se ha visto que llegaban. El Ministerio con los museos ha sido impecable y ha coordinado cómo íbamos a reabrir y seguimos con una comunicación a diario», ha concluido.