Los ministros de Asuntos Exteriores de los países que forman el ‘grupo reducido’ de la coalición contra Daesh mantendrán este jueves una reunión telemática para analizar el futuro de su misión en Irak y empezar a redefinirla, según fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press.
Una treintena de ministros, entre ellos la española, Arancha González Laya, repasarán la situación del país en vísperas de que su nuevo Gobierno, liderado por Mustafá Al Kazemi, inicie un «diálogo estratégico» con Estados Unidos.
Ese diálogo, previsto para mediados de junio, incluirá una discusión sobre «la futura presencia de tropas estadounidenses» en el país y sobre «cuál es la mejor forma de apoyar a un Irak independiente y soberano», en palabras del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo. La reunión de este jueves la han convocado Pompeo y el italiano Luigi di Maio para preparar una reunión ministerial de toda la coalición que tendrá lugar en Italia, aún sin fecha.
Las fuentes han señalado que este jueves no se hablará de aspectos operativos de redespliegue o retirada de tropas, sino que se trata de empezar a analizar qué medios pueden ser necesarios, a la espera de lo que requiera el nuevo Gobierno iraquí.
En España, que tiene 550 efectivos desplegados en Irak como parte de la coalición, fuentes del Ministerio de Defensa han confirmado que habrá una «acomodación en la ubicación» de las tropas según pidan la propia coalición y la OTAN.
Antes de la pandemia de Covid-19 la coalición ya había decidido traspasar a la OTAN sus labores de entrenamiento de las Fuerzas Armadas iraquíes, que es la tarea principal del grueso del contingente español en Irak –los alrededor de 350 ubicados en la Base de Besmayah, al sureste de Bagdad–.
Defensa asegura que la misión continuará en función de las directrices que dé la OTAN. Sin embargo, es posible que la Alianza no se dedique directamente a entrenar a tropas iraquíes, sino a formar a entrenadores locales para delegar en ellos esa labor y está por ver qué efectivos son necesarios para eso.
La OTAN también dará apoyo institucional al Ministerio de Defensa iraquí y a las academias militares. Mientras, la coalición continuará ofreciendo apoyo al Ejército iraquí en su lucha contra Daesh.
A esa tarea contribuyen los alrededor de 80 militares españoles de la ‘Task Force Toro’, ubicados en la base de Taji, 30 kilómetros al norte de Bagdad, con tres helicópteros Cougar y tres Chinook. Otros 40 más están en el Centro Diplomático de Apoyo de Bagdad, situado en el aeropuerto de la ciudad.
De momento, parte de las tropas extranjeras está replegada por la pandemia de Covid-19 –en España, Defensa cifró entre 150 y 200 los efectivos españoles que salieron de Irak– y su retorno dependerá de la nueva definición de la misión.
También de la voluntad y las garantías que ofrezca el nuevo Gobierno iraquí: en enero tras el ataque estadounidense que mató al general iraní Qasem Soleimani, el Parlamento iraquí pidió la expulsión de las tropas estadounidenses y extranjeras desplegadas en el país. Con todo, la resolución fue aprobada solo por la facción chií.
EL APOYO A IRAK CONTINÚA
En todo caso, los Gobiernos de la coalición tienen claro que su misión en Irak y Siria continúa y que sigue siendo necesario apoyar a estos países en su lucha contra Daesh. Además de la ayuda militar, los más de 80 miembros de la coalición se dedican a estabilizar las áreas liberadas, a contrarrestar la propaganda terrorista, a impedir el movimiento de combatientes extranjeros y a impedir la financiación de Daesh y sus actividades.
El pasado 16 de abril, antes de la formación del nuevo gobierno en Irak, el ‘grupo reducido’ de la coalición aprobó una declaración por parte de sus directores políticos en la que acuerdan mantener «máxima presión» contra Daesh pese a la proliferación de nuevos retos, incluido el Covid-19.
Así, subrayaron la importancia de asignar recursos y medios civiles y militares adecuados para mantener los esfuerzos de la coalición en Irak y Siria.