La Audiencia Nacional juzga este martes a los etarras Mikel Barrios e Iñigo Gulina Tirapu como presuntos encargados del aparato de falsificación de la banda, una responsabilidad que les habría llevado a incurrir en un delito continuado de falsedad documental con finalidad terrorista.
En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía solicita tres años de prisión para cada uno, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, multa de 12 meses a razón de una cuota diaria de 20 euros, con seis meses de arresto sustitutorio en caso de impago y costas.
El Ministerio Público sostiene que «durante al menos el año 2017 e integrados en la organización terrorista» ambos acusados «colaboraron con la estructura técnico-logística de la misma entre cuyas finalidades se encontraba la de elaborar documentos de identidad mendaces a efectos de que los integrantes de ETA pudieran desplazarse libremente sin ser identificados».
«Y así, y conforme a las directrices marcadas por la dirección de la organización terrorista y en ejecución de las mismas, ambos acusados trasladaron su residencia a Berlín (Alemania) en donde en junio y octubre de 2017, respectivamente, se empadronaron sirviéndose de la documentación de identidad mendaz al objeto de evitar su correcta identificación», relata la Fiscalía.
Merced a las indicaciones dadas por la Guardia Civil relativas a las actividades delictivas de los acusados, continúa el escrito, ambos «fueron detenidos en Berlín el 27 de octubre de 2017, procediéndose al registro de los domicilios antedichos, en los que se incautaron 5 CD, 1 DVD, 14 discos duros, 16 dispositivos USB, 6 memorias internas, 6 terminales de teléfono móvil, 7 tarjetas SIM y 33 tarjetas de memoria y micro SD».
CARNETS DE CONDUCIR FALSOS
Además, se intervino a los acusados dinero en efectivo en sus domicilios: 3.760 euros a Mikel Barrios y 1.650 euros a Íñigo Gulina. Igualmente, en el momento de su detención, Barrios Santamaría portaba un DNI y un permiso de conducir falso. Giulina, por su parte, portaba tres carnets de conducir mendaces.
Barrios, de 34 años y natural de Pamplona, es un antiguo miembro de Segi al que se buscaba –antes de su detención– por integrar un grupo que cometió varios sabotajes en la capital navarra. Según informó en su momento el Ministerio del Interior, se trataba del perfil de joven enrolado en ETA cuando la banda terrorista ya intuía su derrota policial.
Su nombre llegó a ser incluido en la lista de los etarras más buscados en 2015, un año antes de que la banda terrorista anunciara el cese de la violencia, junto con otros históricos como ‘Josu Ternera’ o Iñaki de Juana Chaos.
Por su parte, Iñigo Gulina Tirapu, de 42 años y natural de la localidad navarra de Burlada, se encontraba huido desde 2013 antes de ser localizado en Berlín. Se dio a la fuga antes de ser enjuiciado por diversas acciones de estragos con fines terroristas, así como tenencia ilícita de sustancias explosivas.