La organización Hogar Sí ha advertido de que cientos de personas sin hogar pueden quedar «excluidas» del acceso al ingreso mínimo vital por no estar empadronadas, uno de los requisitos para recibir esta prestación, y propone que valga con presentar un certificado de los servicios sociales o de determinadas organizaciones civiles, para percibirlo.
«Aunque periódicamente el Gobierno emite instrucciones recordando la obligación de los ayuntamientos de empadronar a las personas independientemente de su situación residencial, nos encontramos muchos casos en los que para estas personas se vuelve imposible acceder al empadronamiento. Así, de un plumazo, cientos de personas que cumplen con creces los requisitos económicos para percibir este ingreso mínimo, pueden verse excluidas por carecer de este requisito burocrático y de esta forma continuar atrapadas en una espiral de exclusión», avisa la entidad.
Así, aunque a priori, Hogar Sí cree que el ingreso mínimo vital es «una buena noticia», detecta en el Real Decreto algunas «carencias» y «barreras» que podrían impedir el acceso al mismo a las personas en situación de sinhogarismo, como ya ocurría, según dicen, con los sistemas autonómicos de rentas mínimas.
«Lamentablemente, a pesar de nuestros esfuerzos en su proceso de definición, una primera valoración del Real Decreto Ley nos permite afirmar que el diseño de este mecanismo tiene, a nuestro juicio, algunos requisitos que pueden hacer que muchas personas en situación de sinhogarismo queden excluidas», avisan desde la entidad.
En concreto, ante el «obstáculo» del empadronamiento, Hogar Sí señala que podría haber tenido «una fácil solución» pues «se podría haber acreditado a determinadas organizaciones civiles, así como a los servicios sociales autonómicos y locales para que pudieran certificar la condición de persona en situación de sinhogarismo y que este certificado eximiera de la necesidad de presentar el empadronamiento».
Además, lamentan que este mecanismo no contemple ninguna acción activa para garantizar el acceso a una vivienda, aunque esperan que esto se subsane si los sistemas de rentas mínimas autonómicas se transforman, total o parcialmente, en mecanismos que puedan complementar este ingreso mínimo vital.
Asimismo, advierten de la barrera que puede suponer para las personas sin hogar el «excesivo peso de los mecanismos telemáticos» para la solicitud de la prestación, siendo el canal preferente para la tramitación de este mecanismo la sede Electrónica de la Seguridad Social, algo que, según prevén, va a suponer «un reto» para las organizaciones que prestan apoyo a estas personas.
También muestran su preocupación por el hecho de que queden excluidas de la prestación aquellas personas usuarias de una prestación de servicio residencial, de carácter social, sanitario o sociosanitario, con carácter permanente y financiada con fondos públicos.
En Hogar Sí trabajan desde un enfoque basado en el acceso a viviendas. Por ello, trabajan para que en el desarrollo reglamentario «quede claro que las personas en situación de sinhogarismo en soluciones estables basadas en vivienda no serán excluidas de esta política pública».
Asimismo, les inquieta la obligación de que las personas solicitantes se encuentren dadas de alta como demandantes de empleo pues es «otro trámite burocrático que además depende de estar dado de alta en la Seguridad Social». En su lugar, la organización cree que se podría haber optado por bonificar o premiar a quienes se encontraran inscritos como demandantes de empleo sin que ello supusiera excluir a aquellas personas que no lo están.