La Consejería de Educación ha fijado las directrices y objetivos para la vuelta a las aulas el próximo mes de septiembre y ha trasladado a los directores de los centros educativos una comunicación en la que se les solicitan propuestas de reorganización adaptadas a la realidad de cada centro que permitan garantizar una «docencia totalmente presencial para el mayor número de alumnos posible».
Una petición que también se ha efectuado a la Junta de Personal Docente y a las organizaciones de padres y madres de alumnos.
Los primeros pasos para la vuelta a las aulas en septiembre ya han comenzado a darse, pero el camino es «largo», según la titular del departamento, Marina Lombó, quien ha explicado que cada centro educativo cántabro habrá de contar con un Plan de Contingencia específico, que tenga en cuenta sus «peculiaridades», principalmente en relación al número de alumnos y los espacios disponibles.
Aunque las comunidades autónomas trabajan junto al Ministerio de Educación en las orientaciones para los planes de contingencia y está previsto que se remitan a finales de este mes unas guías a las autonomías, la consejera reconoce que «ante la magnitud del desafío» Cantabria ha de ir actuando ya.
El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Centros Docentes ha visitado todos los institutos de la red pública cuya apertura, parcial y voluntaria para el alumnado, está prevista a partir del 8 de junio, y esta semana comenzarán las visitas a los centros de Educación Infantil y Primaria. Paralelamente, el 21 de mayo la Consejería solicitó a los centros un listado con todos los espacios disponibles en cada uno de ellos, que servirá de guía para la adecuación de nuevos espacios que se prevé necesaria.
Ahora, continúa Lombó, es necesario tener planificados los tres escenarios posibles: desde una evolución tan favorable que permita una docencia presencial normalizada hasta una nueva suspensión total de las clases, pasando por el que el Gobierno considera más «probable»: una vuelta a las aulas manteniendo el distanciamiento social y otras medidas higiénico-sanitarias.
Lombó ha afirmado que «entiende» la necesidad de toda la comunidad educativa por saber cuanto antes «cómo será el próximo curso», pero las incertidumbres sobre la evolución de la pandemia hacen que hoy «podamos tener una idea, pero ninguna seguridad». Por eso considera «vital estudiar todas las posibilidades, todos los escenarios», sabiendo que algo que se plantea hoy puede que no tenga que llevarse a efecto, pero es «necesario estudiarlo».
PRIORIDAD: INFANTIL Y PRIMARIA
En las orientaciones remitidas hoy, la Consejería pide a los centros que trasladen sus propuestas para establecer nuevas formas de organización que permitan garantizar una docencia «totalmente presencial» para todo el alumnado. De no ser posible, se fija una directriz clara: se priorizará la docencia en el aula para Educación Infantil y la enseñanza obligatoria. En esta última etapa, el orden de prioridad queda establecido del siguiente modo: Educación Primaria, primero, segundo, tercero y cuarto de la ESO.
Con esas premisas, la Consejería plantea varias orientaciones y da libertad a los centros para presentar propuestas, que su departamento estudiará dada la magnitud de las implicaciones de estos cambios en muy distintos ámbitos. «Estudiaremos centro a centro», ha enfatizado la consejera.
Así, se pide a los equipos directivos que tengan en cuentan la necesidad de mantener una distancia interpersonal de dos metros o de 1,5 metros y uso de mascarilla en el aula. De este último supuesto quedarían excluidos los alumnos de 0 a 6 años, por lo que en Educación Infantil habrá de garantizarse siempre los dos metros de distancia.
Además, se solicita que se tengan en cuenta dos escenarios: uno en el que, además de la distancia interpersonal, haya que asegurar un máximo de quince alumnos por aula, y un segundo que en el que las aulas puedan albergan más de quince alumnos siempre y cuando sus dimensiones permitan respetar la distancia interpersonal.
En el documento, la Consejería fija además que, hasta que se vuelva a la normalidad, la prioridad serán las asignaturas instrumentales y troncales, así como el refuerzo de la competencia digital, y abre la puerta a que los centros planten la reasignación de los docentes de determinadas especialidades durante parte de su jornada lectiva.
ESPACIOS FÍSICOS
En relación a los espacios, se establece que se adecuarán todos los disponibles en el centro (bibliotecas, salas de estudio, laboratorios, aulas de música, de psicomotricidad, etcétera), estableciendo un orden de prioridad que comience por aquellos que, por sus condiciones actuales, requieran una menor adaptación.
Además, se plantea la posibilidad de adecuar espacios ajenos al centro, que se restringe a que se hayan agotado todos los disponibles en los centros y que se destinarán a los alumnos de los cursos superiores de las diferentes etapas.
En cuanto a los horarios, se plantea también la posibilidad de realizar propuestas de reorganización. Así, se adelanta que la Consejería dará la posibilidad de autorizar excepcionalmente un cambio de jornada (de partida a continua), así como la adecuación del servicio de comedor escolar o el establecimiento de un sistema alternativo (como el reparto domiciliario que está desarrollando la Consejería durante este periodo).
También se da la posibilidad a los centros a que planteen el establecimiento de turnos de mañana y tarde, pero se fija que, de establecerse turnos de tarde, habrán de reservarse para los alumnos de mayor edad y, en ningún caso, para el alumnado de Educación Infantil, Educación Primaria y primero y segundo de la ESO.
Y se abre la posibilidad también a que los centros planteen diferentes agrupamientos del alumnado (aulas mixtas, agrupamiento de niveles), y también será una opción que se estudiará el agrupamiento de las asignaturas en grandes ámbitos: uno científico-tecnológico y otro lingüístico-social, que permita una organización flexible de los centros y del personal docente para cubrir las necesidades del alumnado.
Por último, la Consejería solicita a los centros que tengan identificadas las necesidades de equipamiento y conexión de su alumnado de forma actualizada y estudien la planificación, principalmente para las etapas inferiores, de cualesquiera otras opciones metodológicas no tan supeditadas a la utilización de medios tecnológicos.