La Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (FEAACS) ha expresado este martes su «sorpresa» por la intención de las autoridades de abrir el Camino directamente a los visitantes internacionales el 1 de julio y ha hecho hincapié en que lo deseable sería una «primera fase» con «peregrinos exclusivamente nacionales» que permitiese testar las medidas puestas en marcha.
A través de un comunicado, la Federación ha hecho un llamamiento «a la prudencia y a la coordinación» para «garantizar un regreso seguro al Camino», teniendo en cuenta que «tan pronto la movilidad vaya recuperando su estado de libertad plena, cabe esperar que los peregrinos regresen progresivamente al Camino».
Esta es «una realidad que preocupa a la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago», a la que la apertura de fronteras para inicios de julio «ha cogido por sorpresa».
«Siempre consideramos una hoja de ruta en la que hubiera una primera fase, exclusivamente con peregrinos nacionales, lo que permitiría verificar y consolidar las medidas a aplicar. Esta decisión es una invitación ampliada, un efecto llamada que repercutirá en un aumento del número de peregrinos», considera la entidad, para la que «a día de hoy no existen normas que garanticen la seguridad de las personas, tan solo recomendaciones dirigidas a reducir riesgos, y cuya implementación requiere medidas, material y personal».
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES
Del mismo modo, la federación explica que la guía elaborada por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) hace recomendaciones enfocadas a ‘Albergues y Hostels’ «pensando en establecimientos turísticos».
«Creemos que peregrino y turista no son lo mismo, es conveniente no confundirlos», apuntan, indicando que estas especificaciones no recogen la idiosincrasia de estos establecimientos.
Además, con las medidas impuestas, «el alojamiento de los albergues se verá reducido prácticamente a un tercio de su capacidad habitual, y así debe ser». Sin embargo, «el binomio peregrinos-camas, si no está sincronizado, puede ocasionar problemas en algunas poblaciones, apuntan, por lo que invitan a las autoridades a pensar y actuar «anticipadamente» ante la «posibilidad de que el flujo de peregrinos pueda llegar a rebasar la capacidad del alojamiento disponible», así como el modo de actuar en caso de un rebrote.
Sobre la importancia de los albergues en la experiencia del Camino de Santiago, la Federación reconoce que «puede ser precisa una reactivación económica y social con cierta urgencia y que el verano es un momento clave para el turismo». «Pero el Camino de Santiago, las Rutas Jacobeas, no son un paquete turístico. Son rutas de peregrinación, de vivencia, de experiencias propias y compartidas, de confraternización, donde lo que debe prevalecer es la propia esencia del Camino», destacan.
RIESGO PARA LOS HOSPITALEROS Y VECINOS
Entre otras cuestiones, los Amigos del Camino han expresado su preocupación por la seguridad de los hospitaleros voluntarios, que «desempeñan un papel fundamental en la conservación y transmisión de los valores jacobeos, compartiendo conocimiento y experiencias, muchos de los cuales se encuentran en franja de riesgo debido a su edad».
«Hay que determinar cuántos hospitaleros voluntarios hay disponibles y cuántos de ellos pueden realmente ejercer sin correr riesgos», anticipa la Federación, para quien es también «vital» garantizar la seguridad de los habitantes de los pequeños pueblos por los que discurren las Rutas Jacobeas, los cuales «pueden percibir cierto riesgo en el paso de peregrinos y sobre los que habrá que incentivar el ánimo optimista y receptivo hacia el Camino, minimizando posibles temores y recelos y transmitiéndoles confianza».