Cada año durante la última semana de enero tiene lugar la gran fiesta de la Calçotada y que marca el inicio de la temporada de las tradicionales calçotades en Cataluña. El calçot es una variedad de cebolla, tierna y poco bulbosa que se planta y arranca varias veces mientras crece para amontonar tierra sobre los brotes. Esta variedad de cebolla se come asada y su nombre proviene, precisamente, de la manera en que se planta.
La leyenda dice que fue descubierto a finales del siglo XIX, por un solitario campesino de Valls, llamado “Xat de Benaiges”, que coció a las brasas los brotes tiernos nacidos de una cebolla vieja cultivados especialmente para ser cocinados. También se le atribuye el descubrimiento de la tradicional salsa que los acompaña, la salvitxada, tipo romesco. Durante las primeras décadas del siglo XX, la calçotada se convirtió en una comida habitual de los días festivos para muchas familias. Pero no fue hasta mediados de siglo cuando la calçotada se expandió.