Joan Subirats no entiende que ha pintado en la moción de censura del Congreso

Si hay algo que caracteriza a Joan Subirats es ser el ministro más olvidado del Gobierno. Una cuestión que a él no le importa lo más mínimo, sino todo lo contrario. El ministro de Universidades está acostumbrado a gestionarse su agenda oficial a conveniencia sin que nadie le pida explicaciones. El problema es que durante este martes 21 de marzo de ha llevado a cabo la moción de censura en el Congreso de los Diputados y todos, o casi todos, los miembros del Ejecutivo debían estar presentes. Una cuestión que no parece haber sentado demasiado bien al titular de Universidades, quien ha cogido asiento en la Cámara y no ha hablando prácticamente con nadie. Ni siquiera con los miembros de su propio partido. El políticos se ha limitado a escuchar y esperar a que dieran por concluida la sesión para poder abandonar la sala. Y es que, Joan Subirats parece no tener demasiado claro que pintaba él en la moción de censura si nunca nadie le presta demasiada atención.

La moción de censura promovida por Vox buscaba desestabilizar el Gobierno que dirige Pedro Sánchez y conseguir sacar al presidente de La Moncloa cuanto antes. Por este motivo, prácticamente todos los miembros del Ejecutivo se encontraban presentes en la sala, para dar apoyo a su presidente y dar una imagen, al menos de cara a la galería, de unidad. Sin embargo, hay político al que tener que presentarse este martes en la Cámara Baja parece no haber sentado demasiado bien. El titular de Universidades tenía todo planeado para hacer acto de presencia y después escabullirse rápidamente de la sesión.

JOAN SUBIRATS TENÍA OTROS COMPROMISOS EN SU AGENDA PARA ESTE MARTES 21 DE MARZO

Así, en su agenda oficial aparece que acudirá a la moción de censura, pero a media mañana asistirá a un encuentro con el vicepresidente de la Fundación Universia, Matías Rodríguez, y con el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Juan Romo. Y, por la tarde, tenía agendado un encuentro con los representantes de la Fundación Alternativas. Estos dos encuentros se estaban programados para que se llevaran a cabo en el Congreso, de forma que el ministro no se perdiera ni un solo minuto de la sesión. Sin embargo, Joan Subirats no se ha levantado de su asiento en ningún momento, solo en los recesos donde el más largo ha durado 30 minutos.

Lo que está claro es que han «obligado» a Joan Subirats observar toda la moción de censura, a pesar de que él tenía otros planes para su día y esto se ha evidenciado en su sentir durante la sesión. Apagado, sin hablar con nadie y mirando a la nada o al móvil ha sido la imagen que ha mostrado este político. Y es que, se ha acostumbrado a hacer lo que quiere sin que nadie le pida explicaciones. Hasta ahora, se ha saltado un elevado número de sesiones de control sin que nadie se diera ni cuenta. Sabe que es un político que no crea polémica ni problemas y esto le servirá para acabar la legislatura sin pena ni gloria y sin demasiados logros. A ello se suma el hecho de que está comenzando a transferir competencias al departamento de Ione Belarra, en concreto en lo relativo a los erasmus.

Además, este político no duda en buscar actos en su ciudad, en Barcelona, cada viernes con el objetivo de pasar todo el fin de semana en su casa. Así, todos las semanas Joan Subirats encuentra la excusa perfecta, gracias a su agenda oficial, para coger un ave o un avión y trasladarse a Cataluña de forma totalmente gratis, dado que este viaje se lleva a cabo de forma oficial, por lo que el viaje y los gastos están completamente pagados con los fondos procedentes de las arcas del Estado, es decir, con el dinero de todos los contribuyentes españoles. Y todo por que sabe que nadie se dará ni cuenta de esta situación.

Por este motivo, no entiende que ahora, con la moción de censura haya tenido que acudir al Congreso de los Diputados y pasar allí prácticamente todo el día, si durante el resto de la legislatura nadie le ha hecho demasiado caso. Una cuestión que no le ha importado lo más mínimo. Y es que, el hecho de ser el ministro de Unidas Podemos del que nadie se acuerda parece que tiene sus ventajas y Joan Subirats no duda en aprovecharse de la situación.