La candidata de Más Madrid y diputada, Mónica García, interrumpió lo que tenía que ser una tormenta perfecta contra Enrique Ossorio. La portavoz de la formación pidió la dimisión del consejero de Educación por recibir el bono térmico, pero no sabía que ella también la recibía en casa. Donde se ha recibido con aplausos este patinazo de Mónica García ha sido en el PSOE de Madrid. Las encuestas internas de Juan Lobato no son buenas. De hecho, se habla de que Mónica García consolidaría su posición como líder de la oposición con más rotundidad, pero ahora la sensación en el PSOE es que se ha dado la vuelta al calcetín.
Juan Lobato ha optado por agitar el avispero sin mencionar directamente a Mónica García, pero sí a Ossorio. Desde el PSOE además saben que en Sol han investigado a fondo a Lobato sin encontrar nada, y más cuando saben que Lobato es familia numerosa y podría haber optado a ese bono térmico que tanto ha agitado la Comunidad de Madrid. Desde el PSOE creen que esto debe mantenerse dentro de un aura de fair play, es decir, que quieren que todo el electorado recuerde lo del bono térmico de aquí a las elecciones. Y se encargarán de hacerlo en cada mitin.
Juan Lobato sabe que se ha librado de esto y sabe que Mónica García es su rival directa. No tiene ninguna intención de buscar el choque frontal con Ayuso porque puede ser más improductivo de lo que les gustaría. Lobato sabe que su pelea está contra Más Madrid y es por la segunda posición. Ahora la candidata está en horas bajas y sabe que el ridículo que ha hecho no solo es de una magnitud poco conocida en política, sino que además se ha negado a dimitir pese a que exigió eso mismo para Ossorio cuando se enteró que cobraba el bono térmico.
Lobato ya tiene una estrategia por delante que se centrará en estos dos meses. Y recordar el ridículo de Mónica García de forma discreta haciendo referencia al consejero de Educación es el objetivo de Lobato para esta campaña electoral. Poder rascar voto a Más Madrid es una obsesión para un candidato que sabe que suenan los tambores de guerra en su propio partido. Medio PSOE de Madrid ya sueña con el descalabro de Juan Lobato para «vengarse» de cómo ha tratado a los viejos socialistas.
RELANZAR A MERCEDES GONZÁLEZ
Cuando hablamos del PSOE de Madrid nos referimos a esos históricos socialistas que han manejado la formación desde hace años en la capital, pero que han sido apartados por las decisiones tomadas por Moncloa. Hay un enfado considerable en esta delegación del PSOE por una sencilla razón: les han impuesto los candidatos y no han tenido en cuenta el criterio de los históricos de la formación. Al mismo tiempo, fuentes del partido aseguran que Juan Lobato no ha sido capaz de mantener la «unidad» en el grupo e insisten en que están muy «ofendidos» algunos de los socialistas del PSOE-M por su gestión, razón por la que intentarán darle la puntilla si se estrella en las elecciones autonómicas. La idea de este grupo, no minoritario, es la de volver a aupar a Mercedes González, delegada del Gobierno en Madrid.
Que el PSOE de Madrid tenga Ferraz literalmente en la misma ciudad ha complicado siempre su capacidad de autonomía. Mientras que otras delegaciones territoriales sí que han funcionado con cierta libertad, en Madrid no han tenido ese privilegio. No querían a Ángel Gabilondo en la segunda vuelta, pero lo impusieron. No quisieron a Juan Lobato como candidato, pero se quedó. y no han querido a María Reyes Maroto en la capital y será la elegida para liderar la lista. Ese grupo de socialistas no es minoritario. De hecho, el sentir en gran parte del PSOE-M es el mismo dado que nadie de los históricos ha tenido ni voz ni voto para elegir nada, ni siquiera los concejales de la capital. Aún así, hay una corriente liderada por los municipios del sur con Javier Ayala a la cabeza, que se ha sumado a la pretensión de colocar a Mercedes González al frente del partido tan pronto como se hunda Juan Lobato.