La Asociación El Defensor del Paciente ha puesto en conocimiento de la Fiscalía de Valladolid el caso de una residente con demencia e infectada por coronavirus que se fugó del centro Ballesol, en el barrio de Parquesol, en el que se hallaba ingresada, y se presentó, medio desnuda, en la casa de su hermano.
Los hechos, puestos en conocimiento de El Defensor del Paciente y trasladados ya a la Fiscalía, se habrían registrado este mismo lunes cuando la interna en el referido centro residencial, de 68 años, se ha presentado en el portal de la casa de su hermano, según informa la asociación a través de un comunicado recogido por Europa Press.
Este última, que se disponía a irse a trabajar, ha bajado al portal corriendo y se ha encontrado a su hermana vestida unicamente con un pañal, descalza y con calcetines. «La he tenido que subir un momento a casa para darla un pantalón que la tapara. La he llevado de inmediato a la residencia, como digo, a unos 800 metros, en mi coche, bastante alterado y alucinado con la situación», relata el denunciante.
La mujer ingresó ante el avance de su enfermedad, una demencia frontotemporal, y lo hizo en la residencia de Valladolid el pasado día 20 de enero procedente de Fuenlabrada (Madrid).
Su hermano ha mostrado su disconformidad también con la asistencia dispensada a la residente, que, según denuncia, en febrero se escapó del centro y fue él mismo quien, a través de un reloj GPS que le puso, pudo comprobar que estaba fuera, sin que el personal tuviera constancia de tal hecho.
El hermano sostiene igualmente que ha tenidos varios incidentes lamentables que denotan desprotección radical y falta de cumplimiento de obligaciones, pese a que abona una cantidad en torno a 2.300 euros al mes.
Así, cuando ingresó la mujer, sus familiares hicieron constar a la médico de la residencia que debía continuar con las revisiones oncológicas y neurológicas que venía realizando en Madrid(la primera tras un cáncer de pecho de hace seis años) y la segunda después del diagnostico de su demencia de hace dos, si bien critican que desde el centro, tiempo después, les reconocieron que se les había pasado pedir las citas.
Por ello, esperan que las revisiones no presenten problemas por un posible rebrote del cáncer y que la enfermedad de COVID no se manifieste en su crudeza para ella «y para las personas que por la falta de cuidado haya podido transmitir», concluyen enojados sus familiares.