¿Quién no ha sentido nunca dolor? Es una experiencia humana común, y su estado agudo puede tener repercusiones negativas en varios ámbitos de la salud, como la calidad del sueño, la función cardiovascular e inmunitaria y el bienestar psicológico.
Como posible solución, una sola sesión de hipnosis y ‘mindfulness’ puede ser útil para autogestionar el dolor agudo, siendo la hipnosis ligeramente más útil, según un estudio del Centro de Investigación William James – Ispa, la Universidad Católica Portuguesa (Portugal), la Universidad de Washington, el Young Harris College (Estados Unidos) y la Universidad de Queensland (Australia).
En la investigación, publicada en la revista científica ‘Journal of Pain Research’, los investigadores compararon los efectos inmediatos de la hipnosis, la meditación consciente y la oración cristiana sobre la intensidad y la tolerancia al dolor.
Además de ser casi universal, el dolor es una experiencia compleja en la que influyen factores biológicos, psicológicos y sociales. Así pues, un tratamiento adecuado del dolor requiere algo más que tratamientos biológicos por sí solos, como los medicamentos analgésicos.
Existen entonces varios enfoques que se centran en los factores biopsicosociales que influyen en el dolor, incluidos los enfoques psicosociales, complementarios e integradores.
Estudios previos confirman la utilidad de la hipnosis, la meditación ‘mindfulness’ y la oración como prácticas útiles en la autogestión del dolor crónico en adultos. Sin embargo, sus efectos sobre el dolor agudo han sido menos investigados y aún no se ha realizado ningún estudio que haya comparado los efectos inmediatos de estos tres enfoques sobre la experiencia del dolor agudo.
Fue en este contexto en el que el equipo de investigación, dirigido por la investigadora Alexandra Ferreira-Valente, recurrió a la variabilidad de la frecuencia cardiaca y a otras medidas para comparar los efectos inmediatos de la hipnosis, la meditación ‘mindfulness’ y la oración cristiana sobre la intensidad del dolor, la tolerancia al dolor y el estrés.
El estudio contó con la participación de 232 adultos sanos. Se indujo dolor en los participantes envolviendo el antebrazo y la mano en una compresa fría durante un máximo de 5 minutos y evaluando su tolerancia al dolor, la intensidad del mismo, así como la variabilidad de la frecuencia cardíaca, como marcador fisiológico del estrés.
Tras un periodo de descanso, los participantes escucharon una grabación de 20 minutos de hipnosis guiada, o de ‘mindfulness’, o de sugerencia de una oración cristiana, o de lectura de un libro de historia natural (condición de control), dependiendo del grupo al que fueran asignados aleatoriamente. Tras esta sesión, los participantes se sometieron a una segunda sesión, durante la cual escucharon hasta 5 minutos de la grabación y se monitorizó su función cardiaca.
Sus resultados sugieren que una única sesión breve de hipnosis y ‘mindfulness’, pero no la oración cristiana basada en la meditación bíblica, pueden ser útiles para la autogestión del dolor agudo, siendo la hipnosis la opción ligeramente superior.
«En el futuro, los investigadores deberían comparar los efectos de distintos tipos de oración y examinar los predictores y moderadores de los efectos de la hipnosis y la atención plena sobre la experiencia del dolor agudo», ha resaltado Ferreira-Valente.