La Mesa del Congreso ha admitido a trámite este martes la moción de censura que presentó Vox con el economista Ramón Tamames como candidato a la Presidencia del Gobierno, y ha empezado por abrir un plazo de dos días, hasta este jueves, por si algún oro grupo parlamentario presenta alternativas con oros candidatos.
Aunque la moción de censura se registró el lunes 27 de febrero, ya no dio tiempo a que la Mesa del Congreso la calificará en su reunión del día siguiente, por lo que todos los trámites han quedado congelados una semana.
Conforme al Reglamento, el primer trámite de una moción de censura es la calificación del escrito por la Mesa del Congreso, que debe comprobar si cumple los requisitos formales que se exigen: la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y el nombre de un candidato a la Presidencia.
Y este martes se ha certificado que Vox ha cumplido ambas condiciones: tiene más de 35 diputados y presenta un candidato: el veterano economista Ramón Tamames, exdirigente del PCE, vicealcalde de Madrid con el socialista Enrique Tierno Galván, fundador de Izquierda Unida, y al final de su vida política militante del CDS
A partir de ahora empiezan a correr los plazos reglamentarios. De entrada, la moción de censura se ha remitido al presidente del Gobierno y a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios para que se den por enterados y lo estudien.
Además, se ha abierto un plazo de dos días para dar la oportunidad de presentar mociones con candidatos alternativos, para las que se exigen los mismos requisitos y que, en su caso, se debatirán conjuntamente.
Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito, pero la fecha dependerá de la Presidencia del Congreso, que suele tener en cuenta la agenda del Gobierno.
LA FECHA, EN MANOS DE BATET
Todo depende, por tanto, de Meritxell Batet. Y desde Presidencia del Congreso aseguran que se obrará en función de los precedentes, que a lo largo de estos años ya son variados y van de una semana hasta un mes después de su registro.
Así, la primera moción de censura de Vox tardó 21 días en debatirse desde su presentación. Pero la que presentó Pedro Sánchez en mayo de 2018 contra Mariano Rajoy sólo tardó una semana escasa en llegar al Pleno, y es que en aquella ocasión, el PP optó por precipitar la fecha convencido de que, tras aprobar los Presupuestos del Gobierno, la censura del PSOE estaba destinada al fracaso. El pronóstico falló, como es sabido.
Más tiempo se tomó la presidenta Ana Pastor con la moción de censura de Pablo Iglesias, que se registró un 19 de mayo y se debatió el 13 de junio, casi un mes después. La iniciativa de Podemos no tenia opciones de prosperar, pues no la apoyaba ni el PSOE, y el PP no tuvo prisa en debatirla.
En este caso, y teniendo en cuenta la agenda internacional del presidente Pedro Sánchez, en el Congreso apuntan a la última semana de marzo, antes del paréntesis de la Semana Santa, pero todo está en el aire.
DEBATIRÁN CON TAMAMES, PERO NO CON ABASCAL
La mecánica del debate prevé que el candidato sea presentado ante el Pleno por uno de los diputados firmantes, que será el propio Santiago Abascal. A él le podrá responder el Gobierno, pero no los demás grupos parlamentarios.
En la moción de 2020 Abascal fue presentado por su entonces candidato a las elecciones en Cataluña, Ignacio Garriga, el mismo papel que desempeñó el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, en 2018 con Sánchez, y la ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero, con Pablo Iglesias en 2017.
Conforme a los usos parlamentarios el candidato va debatiendo con el Gobierno, que elige quien le da la réplica, y con los distintos grupos parlamentarios. En todo caso, el candidato impone el ritmo y en este caso Ramón Tamames, de 89 años, decidirá cómo responderá a los demás grupos. Salvo que los turnos de palabra se reduzcan al mínimo, al día siguiente llegará la votación, que es pública y por llamamiento, con cada diputado manifestando a viva voz el sentido de su voto.
Eso sí, para prosperar, la moción de censura exige recabar la mayoría absoluta del Congreso (176 votos), un objetivo que se antoja inalcanzable dadas las posiciones expresadas por los distintos grupos. Lo que cambiará respecto de la primera moción de censura de Vox es que esta vez habrá menos votos en contra, ya que en principio el PP ha anunciado abstención.