La situación de vulnerabilidad con la que continúan llegando los migrantes venezolanos a España es cada vez más visible, de cara a las instituciones y organizaciones que se encargan de brindar apoyo a esta comunidad. Sin embargo, el tema de la salud es uno de los que más sigue preocupando y generando dolores de cabeza a quienes llegan al país con la intención de comenzar una nueva vida y es por ello que denuncian que en los hospitales donde son atendidos mientras inician sus trámites migratorios son hostigados con las facturas de cobro.
Esta es la situación que está viviendo en este momento Adrián Salaya y su familia, quienes enfrentan un mal trago, debido a la atención médica que recibió su hijo de tres años, apenas 10 días después de llegar a Madrid, cuando el niño desarrolló un cuadro febril convulsivo a consecuencia de un resfriado típico del invierno y tuvo que ser trasladado a un hospital.
«Yo tengo ya casi un año en España, pero mi esposa y mi hijo llegaron el 9 de diciembre. Pasaron 10 días desde que llegaron el niño se enfermó y tuvimos que llevarlo de emergencia porque convulsionó. Lo llevamos al Hospital Infanta Sofía y allí lo atendieron muy bien, lo dejaron en observación, pero al mismo tiempo me dieron una hoja para que me comprometiera a pagar los gastos que se generaran por la atención del niño. Lo dejaron toda la noche en observación y hasta la mañana siguiente no le habían puesto ningún medicamento, pero luego el niño volvió a convulsionar dos veces más, estando en el hospital y ahí si le dieron medicamentos y le hicieron unos exámenes», relató Selaya a Moncloa.com
Después de unos días, le llegó a su domicilio en San Sebastián de los Reyes la factura del hospital por un monto de 2500 euros y a partir de allí el calvario y las presiones no han cesado. «Yo no me he negado a pagarlo, pero las condiciones que tenemos en este momento no son las mejores. Yo no tengo trabajo, mi esposa tampoco, hasta tuvimos que pagar 100 euros para que ella pudiera comenzar sus trámites para la solicitud de asilo, porque no conseguíamos la cita y cuando uno no está en su país, tiene miedo de buscar asesoría, porque no sabes si eso te puede afectar de alguna manera en tus trámites», expresó el padre del niño que tuvo que ser tendido de emergencia.
Esta situación también ha ocurrido con pacientes con enfermedades infecciosas, a pesar de que desde la Secretaría se Salud se ordenó a los hospitales del país, mediante un decreto, la obligación de atender en las emergencias a los pacientes con VIH, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades infecciosas, en caso de que así lo requieran y pese a que su situación migratoria en el país sea irregular.
En principio, organizaciones no gubernamentales encargadas de brindar apoyo a migrantes con VIH iniciaron una lucha para conseguir que la Consejería de Sanidad atendiera la situación y lograron que se emitiera la orden de atención en los hospitales, pero la situación para el resto de los migrantes que llegan al país sigue siendo de vulnerabilidad, pues en principio, les piden que deben tener tres meses empadronados en la ciudad de Madrid y que hayan iniciado el trámite de solicitud de protección internacional (asilo).
Adrián Selaya y su familia aseguran que están dispuestos a hacer el pago de la factura, pero advierten que en este momento no cuentan con los recursos económicos para hacerlo, a pesar de que desde el hospital continúan hostigándolos para que cumplan con el compromiso que firmaron.
«Una trabajadora social del hospital nos dijo que teníamos que pagar o que acudiéramos a una organización que se llama Médicos del Mundo para ver si ellos nos podían ayudar, pero que la deuda había que pagarla. Sin embargo, en Cáritas nos dijeron que no había que pagarla, porque somos solicitantes de protección internacional, el problema es que la emergencia que tuvimos con el niño ocurrió cuando ellos habían llegado al país como turistas y no habían comenzado el trámite del asilo», contó el padre del niño atendido en el hospital Infanta Sofía.
Como Adrián Selaya y su familia, son cientos los venezolanos que llegan cada semana a España, huyendo de la dictadura de Nicolás Maduro, con la intención de rehacer sus vidas, a pesar de que el régimen venezolano ha intentado vender la imagen de que las cosas en el país suramericano están bien y que la situación ha mejorado. La realidad es que más de medio millón de venezolanos han emigrado a España durante los últimos años.